Soy criminóloga.- Carla Monroy*

Foto: Diario Jurídico México.

Soy criminóloga, no soy perito, no soy policía, no soy abogada, soy criminóloga. Podría sonar confuso, cómico o incluso como si  se tuviera que descifrar un  complicado acertijo. Hay muchos colegas criminólogos que trabajan en Servicios Periciales de la PGR o de la Procuraduría de cada estado, pero esto no quiere decir que todos los criminólogos seamos peritos trabajando en criminalística de campo viendo al cadáver y tratando de descifrar cómo murió y quién lo hizo.

Pero, entonces, si el criminólogo no desarrolla sólo actividades análogas a la serie de televisión “CSI”, si no es policía y tampoco litiga, ¿a qué se dedica, qué aportaciones tiene a la sociedad? Etimológicamente Criminología significa “el estudio o tratado del crimen”, ergo los criminólogos somos estudiosos del crimen. Pues bien, llevar a cabo un estudio, análisis o una investigación acerca de lo que es el crimen es tan complejo e interactúa con tantísimos factores, que el científico no se puede limitar a simplemente observar las evidencias recolectadas de una escena del crimen.

Entender la génesis del crimen implica analizar muchos elementos y cada uno de estos factores será observado dependiendo de las diferentes posturas criminológicas que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Por mencionar un ejemplo,  la Escuela Positivista que fue desarrollada en el siglo 19, mantenía el enfoque biologista como respuesta ante la creciente criminalidad, en otras palabras estos intelectuales consideraban que se delinquía porque quien lo hacía era alguien con rasgos atávicos y un ser inferior en cuestiones evolutivas, esto le impedía adaptarse adecuadamente a la sociedad y por lo tanto caía en la delincuencia.

En contraste con este enfoque, décadas después surge el análisis estructural-funcionalista, el cual deja de ver al individuo como el centro del problema y tiende más a centrarse en el análisis de la sociología urbana.  Estos pensadores fueron quienes propusieron el análisis de “las ventanas rotas”, programa que más tarde propondría Rudolph Giuliani cuando fue alcalde de Nueva York.  O bien, podemos hablar de la concepción del crimen desde la teoría de “las técnicas de neutralización” de Gresham Sykes y David Matza, de la teoría de las subculturas de Albert Cohen, o dejar atrás estas posturas de los años 40 y 50 y enfocarnos a definir el crimen según enfoques más recientes como “la globalización del crimen”, o la “criminología verde”. Las posturas teóricas, como se puede observar, son muchas y muy variadas, algunas complementándose y otras contraponiéndose.

Soy criminóloga, estudio las causas, los factores y  los elementos que integran el crimen, porqué y quién le denomina crimen, quién es el delincuente y quién es su víctima. Estudio cómo prevenir estas conductas delictivas o situaciones que sean proclives al crimen, le apuesto más a la prevención que a la represión. Exhorto por discutir acerca de las penas de prisión, de cómo mejorar el sistema penitenciario, tan corroído por la corrupción y tan distante de cumplir su objetivo como readaptadora social.

No soy perito porque no levanto indicios y no los analizo, no soy agente del ministerio público porque no llevo a cabo una investigación criminal, no soy policía porque no reprimo al delincuente, no soy abogado porque no litigo. Soy criminóloga, estudio el crimen y lo más importante, propongo estrategias para que se reduzca o se detenga la criminalidad. ¿Dónde hago este trabajo? Desde el ámbito público o privado, dentro de la seguridad pública o bien dentro de una empresa, desde una organización no gubernamental o en alguna institución que necesite trabajar sobre los índices de violencia, inseguridad y delincuencia.

En diferentes ocasiones me preguntaron que a qué me dedicaba, contestaba orgullosamente que soy criminóloga, a lo que inmediatamente venía una exclamación algo  sarcástica: “¡entonces has de tener mucho trabajo!”. Yo simplemente contestaba que dentro de esta declaratoria de guerra ante el narcotráfico, los únicos que tenían “trabajo” eran los soldados, ya que el gobierno de Calderón apostó a la represión en vez de la prevención.  Tristemente no estuvo ningún criminólogo a su lado proponiéndole alguna teoría criminológica para entender el crimen y cómo irlo abordando.

A pesar de que la Criminología surgió a finales del siglo 18 en Italia y en México se empiezan a desarrollar importantes estudios de antropología criminal (como línea principal de investigación dentro de la Criminología) a finales del siglo 19 y principios del siglo 20, no ha logrado posicionarse como ciencia socialmente reconocida ni ha logrado imponer en la vida política su huella distintiva. Hay un adeudo teórico de su parte hacia la sociedad, ha faltado una aportación contundente para que la población relacione que el criminólogo es un estudioso de la prevención del delito, de la reacción social a este y de su prevención. Es por ello que cuando se dice: “soy criminólogo”, aún hay que dar una explicación un poco larga. Hay mucho trabajo por hacer y que nuestras aportaciones tengan un importante impacto social, para que así cuando se mencione a la carrera se nos ubique al igual que se ubica a un profesor, a un médico o a un arquitecto.

*Carla Monroy es presidenta de la Sociedad Mexicana de Criminología, Capítulo Nuevo León, organizadora del próximo Congreso Internacional de Criminología, a celebrarse en la ciudad de México el 18 y 19 de octubre. 

Comments

  1. lili says:

    Totalmente de acuerdo yo tambien soy criminologa y es triste ver como nos confundenn pero arduamente trabajaremos para que poco a poco la sociedad se de cuenta como podemos colaborar.

  2. Excelente tu aporte, una redacción sublime, dices mucho en poco. Tienes toda la razón, el Criminologo es un profesional que DEBERÍA estar desempeñándose intensamente en el campo político actual, en función de los actuales niveles de inseguridad, como es nuestro caso aquí en Latinoamerica donde es tan común la delincuencia violenta, sin mencionar las cifras de muertos por homicidios, que están casi equiparadas con las cifras calculadas en periodos de guerra. Esperemos poder estar jóvenes y fuertes para poder estar allí cuando el Criminólogo sea reconocido como un profesional mas cotidianizado. De nuevo mil gracias por tu aporte.

  3. mayra diego says:

    me gustaria estudiar criminologia pero estoy checando en internet y todo me dice que no ai trabajo que a lo mucho y si corres con suerte te dan trabajo de policia y la verdad yo no quiero eso, denme un consejo porfavor gracias 🙂