El cambio en el país es inexcusable, y lo que se tiene que discutir es “si lo hacemos en orden y con la inteligencia como elemento sustancial, o si vamos a permitir que prevalezcan la fuerza y la improvisación”, advirtió el rector de la UNAM, José Narro Robles.
México, añadió, ha vivido estancado desde hace varios lustros; ni avanza como debiera en lo económico, ni resuelve su problemática social. Se requiere un cambio de rumbo, un viraje sustantivo en el camino, pues el que hemos transitado en las últimas décadas no nos ayuda a resolver los problemas de siempre, tampoco los de nuevo cuño, y menos, anticipar los que ya tenemos enfrente.
Las transformaciones traen aspectos positivos, y los tiempos por venir tendrán que ser mejores. Lo que podemos debatir es por dónde enderezar el rumbo, a qué velocidad emprenderlo, y por dónde empezar, asentó.
Al participar en la presentación del libro 2010: Reforma del Estado y Fortalecimiento de la Nación, señaló que se debe decidir si somos capaces de aceptar el desafío, de hacer el diseño institucional y programático que se requiere, o si sólo habremos de trasladar los moldes de otras sociedades, de no estar a la altura del reto y de nuestras responsabilidades o, incluso, dejar la tarea a las próximas generaciones que “con toda razón tendrán la capacidad de recriminar nuestra determinación de no hacer lo que nos toca”.
La reforma del Estado y el fortalecimiento de la nación son asignaturas permanentes, obligatorias, por las que la sociedad mexicana tiene que transitar, y aquí hay un texto que, al respecto, puede ser seguido con puntualidad, refirió Narro Robles. En el libro, no sólo se perfilan y elaboran diagnósticos, sino que contiene propuestas valiosas y concretas para construir una nueva realidad.
Nueva Constitución
En la presentación, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Asociación Nacional para la Reforma del Estado, estableció que aún hay oportunidad de reformar a profundidad las instituciones para modificar las políticas económicas que “nos han encaminado a la ruina moral”. No encuentro mejor concepto que el de una nueva Constitución, con un debate que debe partir de la Universidad Nacional, como lo perfilara el extinto Jorge Carpizo.
Por su parte, Rolando Cordera, profesor emérito de esta casa de estudios, sostuvo que la inconclusa reforma política del Estado dio lugar a una transición que no ha podido consumarse. Resaltó que en el texto se dedicó un capítulo a la sociedad del conocimiento, en el que se reconoce a la educación, ciencia e investigación tecnológica, como vectores en el proceso de desarrollo y transformación social.
En su turno, Diego Valadés, del Instituto de investigaciones Jurídicas, dijo que el documento hace alusión a los temas tangibles, y hace ostensibles las propuestas desoídas a lo largo del tiempo. La reforma del Estado es un asunto que no siempre se entiende en cuanto a su dimensión e implicaciones.
Ricardo Valero, también del IIJ, explicó que este proyecto cobró forma en el ciclo de mesas-análisis que se llevó a cabo en la UNAM, bajo el título Reforma del Estado y Fortalecimiento de la Nación, y manifestó que durante esos trabajos la atención se centró en los grandes problemas nacionales que tienen la característica de resumir los ejes primordiales del proyecto nacional.
Espacio de reflexión
El texto se deriva del ciclo de mesas de análisis y discusión, que se llevó a cabo en agosto de 2010. Se integraron por reconocidos especialistas en las distintas ramas del conocimiento y temas que se abordaron.
La mayoría de los panelistas son profesores o investigadores de escuelas e institutos de la UNAM, pero también académicos de otras casas de estudio y de investigación, como las universidades Autónoma Metropolitana e Iberoamericana, El Colegio de México, y los centros de Investigación y Docencia Económicas, y de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
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