Lorena Paz Paredes y Rosario Cobo González, integrantes del Instituto Maya – que dirige Armando Bartra- fueron víctimas del abuso que las fuerzas federales cometen contra la población civil en todo el país, bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico ordenada por Felipe Calderón desde hace más de cinco años.
El domingo 28 de octubre de este 2012, Lorena y Rosario se hospedaron en el hotel Alabama, localizado en Jáltipan, Veracruz, después de volver de las actividades que realizaron en la zona (como evaluadoras externas) para la organización civil Fomento Cultural y Educativo.
Aproximadamente a la 1 de la madrugada tocaron a culatazos a la puerta de su habitación logrando abrirla. Para sorpresa de las mujeres cuatro soldados con pasamontañas las interrogaron sobre el motivo de su estancia en la zona, los militares les pidieron identificarse y decir donde trabajaban, entre otras preguntas sobre el porqué de su estancia en el hotel.
Después de un cateo de una hora realizado por un número indeterminado de soldados en las instalaciones del hotel, los efectivos militares -quienes no se identificaron- volvieron al cuarto de las defensoras para decirles que supuestamente habían recibido una llamada anónima denunciando un secuestro. Acto seguido les aseguraron “sabemos que ustedes se asustaron pero el Ejército está para salvaguardar la seguridad”.
El caso de abuso de autoridad y acoso contra estas dos defensoras ilustra no sólo el peligro que este gremio vive en la actual coyuntura política y de “seguridad nacional”, sino la indefensión total de la población civil ante la actuación de las fuerzas federales, quienes no se identificaron, ingresaron de manera violenta e intimidatoria a la habitación de hotel de las mujeres.
Este tipo de acoso policiaco vulnera los derechos de la ciudadanía mexicana al no garantizar el libre tránsito por diferentes zonas del país, donde actualmente se vive una militarización extrema que no busca únicamente frenar el avance del crimen organizado en las regiones sino vigilar y controlar a la ciudadanía en su conjunto.
La asociación civil Fomento Cultural trabaja en todo el país con diferentes grupos sociales en la búsqueda de condiciones de vida digna para la población mexicana. Algunos de los espacios de acción y reflexión más importantes son los dos Cereal (Centro de Acción y Reflexión Laboral) con sedes en el Distrito Federal y Guadalajara, así como diferentes proyectos de acompañamiento a pueblos indígenas y trabajadores en Chiapas y Veracruz que buscan mejorar sus condiciones de vida.
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