Representantes de las empresas Peña Gas, Dunas Gas y Oztogas acompañados de las familias de sus empleados y de los vecinos del municipio conurbado de Ixtapaluca en el Estado de México, a los que dan servicio, lograron una tregua con la Secretaría de Energía para evitar la clausura de sus estaciones de carburación mientras presentan una propuesta que permita expender gas en pequeñas cantidades para la población de escasos recursos.
Empresarios, trabajadores y usuarios se manifestaron esta tarde frente a la Secretaría de Energía con el fin de hacer ver a los funcionarios de la SENER y a su titular Pedro Joaquín Coldwell, que los reglamentos de la Dirección General de Gas LP son obsoletos, así como una alarmante falta de sensibilidad y conocimiento técnico de su director Héctor de la Cruz Ostos, frente a las necesidades básicas de la población más golpeada por las políticas públicas.
Roberto Martínez Espinoza, director general de Normatividad de Hidrocarburos acordó con ellos que la Sener no clausurará las estaciones de servicio mientras haya diálogo y convocó a los empresarios a que este jueves presenten sus propuestas de regulación para el expendio de gas LP en condiciones de seguridad y confiabilidad frente a presuntos riesgos.
Funcionarios de la Dirección General de Gas LP amenazaron con clausurar con el respaldo de la fuerza de la Policía Federal, una estación de carburación del municipio de Ixtapaluca el día de mañana, por lo que los pequeños empresarios decidieron cerrar y dar a conocer a la gente los motivos de la suspensión de servicio.
“Nosotros teníamos que decirle a la gente que ya no les vamos a poder surtir porque somos parte de su soporte básico de vida, ya que les vendemos en cantidades de 30, 50 y 100 pesos, lo que no hacen las grandes gaseras”, expresó el empresario Arturo Peña Tapia.
Desafortunadamente, las familias que menos tienen son las que sufren, ya que quedan a merced de la mafia de las grandes empresas gaseras y su colusión con los funcionarios para entregar tanques medio llenos. Esta situación impulsó a los pequeños gaseros a estar presentes en esta movilización, para que a sus usuarios no les quiten la única fuente de adquisición del gas LP adecuada a sus necesidades económicas y que de plano no les roba.
Las empresas Peña Gas, Dunas Gas y Oztogas constituyen un grupo de empresas de carburación, que si bien está fuera de norma por un reglamento desfasado por la modernidad y las complicidades, dice que no se puede llenar cilindros de forma directa, tienen 12 años trabajando con estrictas medidas de seguridad para evitar accidentes y hasta el momento nada ha ocurrido.
Ese reglamento se mantiene porque las grandes empresas gaseras así lo quieren, pues al no poder ver la gente que se les llenan sus tanques, los entregan a medias con grandes ganancias que probablemente reparten entre quienes deberían hacer cumplir la ley sobre calidad en el servicio, acusaron.
Esto es lo que está a debate, porque entonces que el Gobierno Federal sea claro y determine si también van a impedir la medida dada a conocer por el presidente Enrique Peña Nieto, quien anunció el pasado viernes que para evitar el desabasto en Acapulco, se daría servicio en las estaciones de carburación, pero también con pipas. Es decir, “se puede o no se puede; porque así como es una emergencia la de Acapulco, mucha gente vive en emergencia nacional desde hace muchos años”, agregó el empresario.
Más allá de esto, las empresas Peña Gas, Dunas Gas y Oztogas cuentan con pólizas de seguro y se someten de manera constante a verificaciones. Incluso el hoy presidente Enrique Peña Nieto, les entregó certificados de industria limpia, cuando fue gobernador.
Además, este grupo de pequeños gaseros cada año pagan los permisos de funcionamiento a la Secretaría de Energía y los llamados TAG, que son chips de verificación que, por cierto, son entregados por la propia dependencia gubernamental. Estas pequeñas empresas han funcionado así por actos consentidos por el propio gobierno porque constituyen una válvula de escape al descontento social, ya que a diferencia de las grandes empresas, le venden a la gente surtido de gas de 30, 50 o cien pesos para que resuelvan sus necesidades en el día a día.
Por años, Peña Gas, Dunas Gas y Oztogas han pugnando porque la situación de sus unidades de carburación se regularice mediante la actualización del reglamento, con las más estrictas medidas de seguridad, para continuar dando el servicio de la mejor forma posible y con altos estándares de seguridad a la gente que más lo necesita por sus condiciones económicas, pero los grandes consorcios gaseros lo impiden.
La manifestación cumplió parte de su cometido en la Secretaría de Energía porque iban a solicitar al secretario Joaquín Coldwell no sólo evitar el cierre de las estaciones de carburación, sino la modificación de los reglamentos e introducir las máximas medidas de seguridad para que no sólo estas tres empresas, sino las 3 mil 600 empresas más que están en las mismas condiciones, puedan seguir prestando el servicio a quienes más lo necesitan.
=Difunet=
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