Es prioritario impulsar la educación en derechos humanos desde la vida cotidiana, con un punto de vista interdisciplinario. Los derechos humanos no son sólo materia del campo del Derecho, es el campo de todas y de todos, todas las diversidades, todas las visiones, todas las miradas pueden alimentarlos, señaló Rosy Laura Castellanos Mariano, Presidenta del Instituto de Investigación y Estudios en Cultura de Derechos Humanos (IIECDH).
La feminista Castellanos Mariano es también aspirante a ser la primera mujer que presida la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal tras 20 años de existencia y busca llevar a la institución al siguiente nivel en materia de difusión y educación en material de derechos humanos.
“Inicié mi vida en el ámbito de los derechos humanos porque me parece que merecemos una vida digna en todos los aspectos; todas las personas merecemos generar un proyecto de vida propio que pueda enriquecer a la comunidad mediante mecanismos vivos, de participación y de respeto reflejados en la vida cotidiana y hay cosas que me parece indignante que sucedan desde la trata de personas hasta lo preocupante que pueden ser los problemas de salud como la obesidad”, afirmó Rosy Laura.
También nuestra ciudad y nuestro país están en un momento social muy importante, los ciudadanos se sienten vulnerables, hay desconfianza, hay desesperación y violencia. En este escenario resulta vital impulsar una educación en derechos humanos en el día a día.
“Me parece que un ámbito importante de la expresión de los derechos humanos es la vida cotidiana, entonces mis estudios recientes contemporáneos están enfocados a la cultura de los derechos humanos y cómo se expresan en los diferentes sectores tanto de gobierno como de la ciudadanía, como de la academia”.
Además de contar con un prestigio académico como becaria por parte de la Unión Europea para estudiar la Maestría en Democracia y Derechos Humanos en América Latina en la Universidad Andina, Rosy Laura Castellanos Mariano, cuenta con amplia experiencia en campo, ya que ha sido enviada por parte de las Naciones Unidas para mediar en conflictos internacionales.
“Fui invitada por un grupo también de defensores de derechos humanos de Guatemala por medio del Programa de Naciones Unidas, para observar el proceso del cumplimiento de los Acuerdos de Paz; he estado muy de cerca con estas mediciones políticas y que unidas a la academia, logramos sentar a muchos sectores para que dialogaran y para que pudieran expresar cuál era su percepción respecto al desmantelamiento militar; era la academia quienes tenían todos los expedientes respecto al seguimiento de las personas reprimidas a lo largo de este conflicto y buscamos cómo lograr que se creara otro tipo de instancia, porque todos los países tienen acceso a la información, pero también a la inteligencia donde resguardan sus fronteras, etc.
“Acá tenemos al CISEN, allá tienen otra instancia que se tenía que desmilitarizar y redirigir. Yo diría que ha sido una de las más hermosas experiencias en cuanto a la defensa de los derechos humanos, porque también me tocó cuestionar y al mismo tiempo reunir a todos los sectores para que pudieran tener una percepción general y se retomaran las propuestas para que esto se pudiera lograr”.
La aspirante a la Presidencia de la CDHDF, fue asesora para la creación del Instituto de la Mujer Guatemalteca, cuya responsabilidad consistía en dar elementos de fundamentación tanto para las instancias de gobierno, como para las instancias de la sociedad civil, a fin de que pudieran entrar en un diálogo de acuerdo a los estándares internacionales y pudieran gestar este primer esfuerzo por la mujer guatemalteca.
Después estuvo con grupos de indígenas y campesinos que luchaban por la vivienda; igual tuvo que hacer todo un análisis estratégico da acuerdo a los escenarios: qué querían, qué esperaban, cuáles eran sus reclamos, escucharlos, tomar nota, ir con ellos al campo y ser sus palabras frente a las instancias de gobierno, utilizando siempre la mediación, el entendimiento y el diálogo.
“También he estado en Sudamérica, esa experiencia me cambió esencialmente la trayectoria, hay adelantos culturales, en la academia, en donde ya no está la visión únicamente del derecho, porque el campo de los derechos humanos no es el campo del derecho, es el campo de todas y de todos, todas las diversidades, de todas las visiones, todas las miradas pueden alimentar los derechos humanos”, aseveró.
Para Castellanos Mariano, seguir el ejemplo de Sudamérica es importante, ya que ellos actualmente trabajan en materia de derechos humanos con equipos de campos interdisciplinarios, en donde todos opinan cómo van a hacer cumplir los derechos humanos; sobre todo aplican varios mecanismos de dos conceptos y principios básicos que son la progresividad y la ponderación de los derechos humanos, entonces han logrado que esfuerzos conjuntos avancen derechos conjuntos.
“En México, en específico en el Distrito Federal, existen diferentes problemáticas, es un contexto distinto pero siempre son prácticas que uno puede aprender y que es necesario aplicar para llegar a un mismo fin, que predomine una cultura de los derechos humanos y su respeto en todos los ámbitos de sociedades, organizaciones y gobierno”, concluyó.
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