Voto nulo, ¿voto de castigo?

Imagen: Ketzalitorres

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=Por Jesús Alberto Navarro Olvera*=

Twitter: @jessnavarroolve

De acuerdo al artículo 274, numeral 2, incisos a) y b) del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, COFIPE publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 14 de enero de 2008, aún vigente, los votos nulos son aquellos votos expresados por los electores en una boleta que se depositó en una urna, sin haber marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político, o cuando el elector marque dos o más cuadros sin existir coalición entre los partidos cuyos emblemas hayan sido señalados. En pocas palabras, un voto es considerado nulo cuando aparezca en la boleta electoral, cualquier manifestación física que ponga en duda la certeza de la voluntad del ciudadano respecto de su sufragio.

Como se puede observar, el estudio de los datos que nos ofrece el cuadro de abajo, tomados de la página de INTERNET, del Instituto Federal Electoral, relativo a los votos anulados en las elecciones federales de 1997 a 2012, nos indica que en promedio el 3.09% de la votación total emitida es anulada durante las elecciones. Sin lugar a dudas un porcentaje bastante alto, considerando que la enmienda Constitucional publicada en el DOF el pasado 10 de febrero de 2014, señala en el último párrafo de la Base I, como una de las causales de pérdida de registro de un partido político nacional, no alcanzar el 3% de la votación válida emitida en alguna de las elecciones federales.

El dato nos indica que el Partido de los electores que nulifican su voto, ya sea de manera accidental o intencional, ha mantenido su registro en las elecciones de 2003 y de 2009, sin invertir un sólo peso del erario público. Sin embargo, si consideramos el racero anterior, que era del 2% de la votación, como se contempla en los inicios b) y c) del artículo 101 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales COFIPE, vigente a la hora de escribir estas líneas, las cosas se ponen peor, ya que nos indicaría que en las últimas 6 elecciones federales, dicho hipotético instituto político ha permanecido entre nosotros. Por lo visto la anulación del voto es un movimiento muy importante que no necesita de promoción ni de liderazgos.

1997

2000

2003

2006

Número de votos anulados Porcentaje de la votación Número de votos anulados Porcentaje de la votación Número de votos anulados Porcentaje de votación Número de votos anulados Porcentaje de votación
856,732 2.89% 868,516 2.32% 903,664 3.36% 900,373 2.16%
2009

2012

 
Número de votos anulados Porcentaje de votación Número de votos anulados Porcentaje de votación  
1,839,971 5.39% 1,241,154 2.47%  

Se puede hacer un análisis simplista de las cifras, y concluir que de manera constante los electores que anulan su voto, conservaron una presencia de manera más o menos homogénea en las seis pasadas elecciones federales. No obstante, para entender de mejor forma ésta realidad, debemos hacer un análisis desagregado de la información.

Es de destacar, que en 2003, a la mitad de la primer administración albiazul, el porcentaje de votación anulada creció sensiblemente con respecto al año 2000, aumentando en un 1.04%, el número de electores que, accidentalmente, o de manera consciente determinaron anular su voto. Es decir, para el año 2003, el aumento de votos nulos fue de 35,148, con respecto al año 2000, y con respecto a 1997 fue de 46,932 votos anulados. Entre las elecciones de 1997, y las del año 2003 la diferencia fue del 0.47%, siendo más alta en el segundo año. Se debe destacar que estos dos últimos comicios fueron legislativos, y las elecciones del año 2000, presidenciales.

Es muy interesante resaltar que el 3.36%, que se registró de votos nulos en 2003, es superior a los votos obtenidos, de manera individual, por los partidos políticos que perdieron su registro en dicho proceso electoral. El Partido de la Sociedad Nacionalista, obtuvo 72,567, sufragios, es decir el 0.27%, de la votación emitida; el Partido Alianza Social, obtuvo 198,677, de votos, es decir el 0.74%, de la votación emitida; el partido político nacional denominado México Posible, obtuvo 244,035, es decir el 0.91%, de los votos válidos; el Partido Liberal Mexicano, obtuvo 109,219, resultando el 0.41% de la votación emitida: el Partido Fuerza Ciudadana obtuvo 124,511, votos equivalentes al 0.46% de la votación emitida. En suma, los votos obtenidos por estas cinco fuerza políticas, en los comicios federales de 2003, fueron 749, 009. Lo que arroja el 2.79% de la votación emitida.

Es de destacar, que el número de votos anulados en dichos comicios, es superior en 154,655 votos, a los sufragios obtenidos por los cinco partidos políticos nacionales que perdieron su registro en dicho proceso electoral. Esta diferencia es mayor a los votos que de manera individual obtuvieron los partidos de la Sociedad Nacionalista, Liberal Mexicano, y Fuerza Ciudadana.

Por otro lado, entre las elecciones intermedias de 2003 y las elecciones presidenciales de 2006, disminuyó el porcentaje de votos nulos, en 1.20 puntos porcentuales, siendo la cifra más baja en las seis elecciones en estudio. No se debe dejar fuera del comentario que las elecciones presidenciales de 2006, han sido las más competidas en la historia reciente, aspecto que nos puede señalar que la anulación del voto es una especie de voto de castigo de facto al sistema electoral en su conjunto, combinado con elementos de falta de capacitación ciudadana para emitir el voto.

Sin embargo, llama mucho la atención que el más grande descalabro fue en los comicios del año 2009¸ a la mitad de la administración Calderón en donde como se observa se alcanzó el alarmante registro del 05.39% de votos nulos. Cifra sin precedentes, y que robustece el promedio general con el que iniciamos el presente estudio. Como se puede uno dar cuenta, este porcentaje se redujo a los niveles más o menos constantes que se han dado en elecciones anteriores disminuyendo en un 2.92% para las elecciones presidenciales de 2012, que registró el 2.47% de anulación del voto, ya que 1, 241,154 votos fueron considerados inválidos por las razones esgrimidas al inicio del comentario.

Es probable que éstas cifras, desde un punto de vista muy benévolo nos estén indicando solamente que la gran mayoría de los electores que votan, consideran sus expectativas políticas representadas por los partidos políticos nacionales, y que un pequeño porcentaje, (que paradójicamente le daría aliento a otra fuerza en ciernes), no se siente identificado con ningún partido, o probablemente con el sistema político en su conjunto, o que anular la boleta electoral es su manera de expresar algún descontento, por lo que la anulación del sufragio se convertiría a su vez en voto de castigo, como lo planteamos líneas arriba. No obstante, existe la probabilidad de que un número considerable de electores ignoren categóricamente la forma en la cual deben emitir su voto, lo que de todas maneras invitaría a tomar cartas en el asunto.

De igual forma, destaca mucho el descalabro sufrido en las elecciones del año 2009, al registrarse el 5.39 % de votos anulados. Para entender el fenómeno debemos recordar que para dichos comicios legislativos el porcentaje de anulación del voto se duplicó con relación a las elecciones constitucionales anteriores, probablemente por la invitación al voto en blanco, expresión sólida espontánea que al principio tuvo un origen aislado, pero posteriormente se fue adoptado como un elemento de rechazo a las pifias en la procuración de justicia federal.

Recordemos el fenómeno denominado por la opinión pública nacional como el michoacanzo[1], que se ubica como el antecedente inmediato anterior a los comicios legislativos del año 2009, y que nos mostró un fenómeno que provoca la mala procuración de justicia sin indicios probatorios, es decir acusar sin pruebas, entre otros. Este tipo de estrategias, seguramente provocaron el incremento en la anulación del voto, y posteriormente el peregrinar del voto útil, que castigó severamente.

*Jesús Alberto Navarro Olvera es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM. Abogado patrono en materia Civil, y experto en Juicio de Amparo en materia de Derecho Familiar y Penal. Autor del libro Los medios de comunicación en Materia Electoral, las nuevas claves de la lucha política. Editorial vLex, México 2013.



[1]Con el nombre de «Michoacanazo» se conoce a la detención de 11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez del estado de Michoacán por elementos de la Policía Federal Preventiva y del Ejército Mexicano el 26 de mayo de 2009 por presuntos vínculos con el crimen organizado. Siendo Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán el Lic. Leonel Godoy del Partido de la Revolución Democrática.” http://es.wikipedia.org/wiki/Michoacanazo

En donde no se pudo comprobar nada, y los imputados gozan de su libertad por falta de elementos.