Los países de América Latina y el Caribe (ALC) están obligados a enfrentarse a un nuevo panorama mundial de volatilidad persistente, derivado, entre otras cosas, de una amplia fluctuación en flujos de capital que buscan ganancias fáciles y se preocupan poco por el largo plazo, de acuerdo al informe semestral de la Oficina del Economista en Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe emitido en Washington hoy.
El informe, “Latinoamérica hace frente a la volatilidad, el lado oscuro de la globalización”, muestra que los flujos de cartera hacia la región se dispararon en los primeros meses de 2012. Inversiones de fondos mutuos en los siete países más grandes de ALC —que descendieron abruptamente durante la segunda mitad de 2011— aumentaron ocho veces en enero y febrero de 2012, comparado con el promedio mensual de comienzos del año pasado.
La magnitud de estos flujos es tal que si Vanguard, una de muchas compañías internacionales administradoras de activos, decidiese mover el 1 por ciento de sus fondos mutuos a Colombia, esto representaría un ingreso de capital equivalente al 6 por ciento en el producto interno bruto de ese país, indica el informe.
“El problema es que este tipo de flujos de capital basados en el mercado, a diferencia de aquel basado en el sistema bancario, no ayuda a la estabilidad financiera —como muchos esperaban en un principio. Al contrario, los actuales flujos de cartera que entran y salen de economías emergentes tienden a ser pro cíclicos y parecen responder cada vez más a factores globales que a factores específicos del país,” dijo el Economista en Jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre. “La intermediación financiera internacional se ha inclinado hacia un comportamiento de manada centrado en el corto plazo, donde la capacidad de retirarse rápidamente predomina por sobre un análisis paciente de las perspectivas a largo plazo”.
Una opción atractiva para los inversores extranjeros, ALC ha crecido y ha tomado fuerza por más de una década. El actual pronóstico de crecimiento para la región oscila entre 3,5 y 4 por ciento para 2012 y 2013, más elevado que en Europa Oriental y Asia Central, y similar al de Asia Oriental. Se espera que la tasa de inflación se mantenga, en promedio, en 6,25 por ciento este año.
Sin embargo, aun aquellas regiones aparentemente bien posicionadas, como ALC, deben aprender a sobrellevar la volatilidad que tiene origen en otras partes, en especial si desean asegurar y avanzar en sus logros recientes. Por ello, es esencial entender mejor la naturaleza del desafío sin precedentes planteado por la actual integración financiera.
El informe también evalúa la vulnerabilidad de los países de ALC a tres tipos de impactos externos:
· Una desaceleración en Europa y una lenta recuperación en EE. UU.;
· Una baja en el crecimiento chino y/o un descenso en el precio de las materias primas; y
· Un aumento de la aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales.
“En el mundo financiero actual, una mayor integración significa una mayor exposición a la volatilidad, aunque no necesariamente mayor vulnerabilidad. El riesgo no es tanto qué tan expuesto uno está, sino, y más importante aún, cuál es la capacidad que uno tiene de enfrentar dicha imprevisibilidad,” dijo de la Torre. “Varios países de América Latina son vulnerables tanto a una desaceleración de EE. UU., Europa y China como a una reducción en el precio de las materias primas y en las inversiones. Sin embargo, y gracias a que los diseñadores de políticas de estos países tienen espacio de maniobra, el nivel de vulnerabilidad sigue siendo bajo”.
De hecho, países como Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay están muy expuestos a impactos externos y sin embargo muestran una vulnerabilidad relativamente baja, indica el informe. Estos países cuentan con amplias reservas externas y tasas de cambio flexibles que ayudan a absorber choques. También tienen la capacidad de responder desde varios frentes, incluyendo el fiscal, monetario y macroprudencial. Esto último, que cobró impulso luego de la crisis de 2008/09, se refiere a medidas diseñadas para aminorar fluctuaciones financieras excesivas y aumentar la resistencia de los sistemas financieros ante ellas. Instrumentos de políticas macroprudenciales incluyen requisitos de liquidez, relación préstamo a valor de propiedad ajustada al ciclo, e impuestos a las oleadas de flujos de capital a corto plazo.
Por otro lado, existen países como Venezuela y Ecuador, expuestos más que nada a las fluctuaciones en el precio del petróleo pero altamente vulnerables. Los diseñadores de políticas de estos países claramente se beneficiarían de reformas orientadas a abrir mayor espacio de maniobra, particularmente por medio de amortiguadores fiscales. La mayoría de países angloparlantes del Caribe están altamente expuestos a la volatilidad externa y son altamente vulnerables, ya que su espacio de maniobra está severamente limitado por el tamaño y apertura de los países al igual que sus altos niveles de deuda.
Los demás países de ALC se ubican en un lugar intermedio, con un nivel de exposición a fluctuaciones externas significativo y vulnerabilidad moderada. Para estos países, cualquier pequeña mejora en sus políticas monetaria, fiscal y macroprudencial puede acarrear grandes beneficios en términos de una menor vulnerabilidad, plantea el informe.
El informe también destaca que el creciente papel de la industria internacional de administración de activos (en particular los fondos mutuos, fondos de pensión y hedge funds) agrega a las complejidades de la globalización financiera de hoy. Esta industria se está convirtiendo en el principal canal para los movimientos transfronterizos de capital, desplazando a los bancos.
En momentos de mucha incertidumbre y alta aversión al riesgo, incluso los países bien administrados con un sólido paquete de políticas, son tan vulnerables como cualquier otro a los caprichos de esos inversores, de acuerdo al informe. Sin embargo, cuando la tensión disminuye, estos países están mejor posicionados a la hora de sacarle beneficios a la integración mundial y cumplir con sus prioridades equidad social y crecimiento a largo plazo.
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