La legislación de nada sirve y es abstracta si en la realidad no se aplica: Diego Dieguez

Foto: Diego Dieguez.

Combatir el problema del narcotráfico requiere leyes aplicables, no que contengan penas de mil años, que no se cumplirán.

Asimismo, necesita más educación e inclusión, considera Diego Dieguez, vicepresidente del comité organizador de la III Cumbre Mundial de Comunicación Política.

A diferencia de otros integrantes del Comité que son politólogos, comunicólogos o administradores, Dieguez es abogado, especialista en derecho penal y criminología.

De visita en Guadalajara, donde se celebra la Cumbre, el argentino, miembro de la Asociación Americana de Juristas señala que  el combate al narcotráfico también debe contemplar el ataque a los tentáculos del lavado de dinero, en el que participan empresarios que lo mismo pueden ser locales que representantes multinacionales.

Entrevistado por Diario Jurídico, observa que a pesar del proceso electoral que se vive en México, no ha visto propuestas integrales para combatir el narcotráfico de parte de los candidatos a ocupar la silla presidencial.

Diario Jurídico (DJ): ¿a propósito del día del Internet, qué tendencias ve en redes sociales?

Diego Dieguez (DD): Es una temática que hemos visto en la cumbre en la vertiente de libertad de expresión. Hemos emitido un boletín en relación a los ataques a la prensa y los homicidios ocurridos. El periodismo ha tenido en redes sociales y blogs y páginas la forma de expresar lo que no pueden hacer en el medio hegemónico donde trabajan por la censura o autocensura, por los medios porque no le conviene económicamente con algún anunciante. Luego en materia legislativa está el ámbito periodístico y el ámbito de la libertad de expresión. La legislación en América Latina ha ido variando y admitiéndose nuevas figuras  de protección hacia la libertad de expresión y libertad de expresión en las redes. Inclusive se ha ido avanzando en algunos países con el delito de calumnia o injuria del periodista que esté investigando  a un político o particular.

DJ: ¿En el caso mexicano cómo encuentra aplicación de la ley? 

DD: Hay un principio de realidad, el riesgo en que hoy están los periodistas es una falla en el sistema de asunción política de la responsabilidad. La violencia que hoy se está viviendo en México lo genera la desigualdad social, no sólo en México, y es una palmaria muestra del fracaso del Estado, de las políticas educativas económicas y de inclusión. El narcotráfico se expande en función del fracaso del Estado de no dar respuestas o realizar alianzas con estados mas grandes como Estados Unidos, entonces se imponen las legislaciones en materia de seguridad. Sabes que toda América Latina copia a rajatabla los modelos de seguridad nacional que Estados Unidos impone, entonces no son adaptables a nuestra situación. Esta excesiva militarización que veo en México como única respuesta al narcotráfico es totalmente desproporcionada e inadecuada porque no se puede curar el dolor de cabeza decapitando, no hablando de las causas, y la legislación de nada te sirve, pasa a ser abstracta si en la realidad no se aplica. Condenar por homicidio mil años de prisión  alguien pero si no hay un juez que aplique esa legislación nunca vas a ver que pase nada.

DJ: ¿Eso está pasando en México?

DD: Entiendo que eso está pasando en México y en lugares donde el narcotráfico ha tenido este eje tan fundamental en la cotidianidad, en la realidad. Hoy México está viviendo lo que hace 20 años Colombia  vivió, pero Medellín o Bogotá pudieron superarlo a través de la inclusión o la educación, más allá de la militarización, pero como un elemento más del proceso, y podemos hablar de temas legislativos, pero no puedes proteger  a un periodista con una ley emitida por el Congreso cuando hay una clase dirigente que no tiene las ideas claras de cómo llevar adelante esto. Tu vas revisando los discursos políticos de los candidatos, aquí va a haber elecciones, todos eluden el tema del narcotráfico, o el de la violencia social, sí dicen que lo repudian o lo van a solucionar pero aquí no hay soluciones mágicas, es un proceso de muchos años. Puedes poner las leyes más severas, en época de los romanos al que robaba se le cortaban las manos, y la gente seguía robando, no hay ese temor a las leyes. Las leyes deben estar empalmadas a las costumbres de un país, si las costumbres de un país o la moral de un país van para un sector, las leyes quedan abstractas si no se adecua a esa modalidad, ese es el desafío que tienen los congresos, no sólo de México sino del mundo.

DJ: ¿Piensa que está teniendo México la tendencia de hacer leyes severas pero no efectivas porque no hay cultura para aplicarlas?

DD: Exacto, pero no por falta de cultura de la gente sino de falta de formación. No quiero ponerlo como términos peyorativos, hay un gran problema de educación y contención social y de posibilidades económicas. Ese nivel de violencia no se resuelve con leyes más severas o cárceles más llenas, porque eso lleva a un incremento en la espiral de violencia que es permanente. Hay algo que es legítimo, el pueblo, el gobierno mexicano deben poner en tela de juicio por qué el narcotráfico se expande. Pero también está la responsabilidad  de empresarios, multinacionales y locales que contribuyen al lavado dinero del narcotráfico, porque éste ahora no es solo vender droga y distribuir, sino cómo ese dinero se puede blanquear. Está la complicidad del capitalismo con ciertos sectores del gobierno. Hoy el narcotráfico es un negocio de vender y cobrar, conseguir una droga por poca plata para venderlo por mucha, dónde va ese dinero, hay gente que dice, el cártel del narco está en mi zona, ha construido un camino, ha traído el agua, destapado cañerías, hace lo que no hacen los municipios y eso es peligroso porque la política no es buena y los narcos están  supliendo la falta de presencia o la irregular presencia del Estado, entonces lo suplen y al hacerlo se legitiman, porque el que hace las cosas no es tu gobernante, no, es el narco. Entonces eso no se soluciona mandando a hacer una matanza, porque ocurre que el Estado va y mata, hace represalias, pero nadie le pregunta a la gente qué es lo que verdaderamente piensa y siente. Es una figura, un enemigo que nadie puede asir, tomar, atrapar entonces los carteles son más legítimos, hacen más cosas, mandan a contratar a fuerzas armadas, las corrompen y compran a algún político.