Si bien es preocupante para el banco central la gran cantidad de inversión financiera a corto y largo plazos en bonos que pueden salir fácilmente, México presenta condiciones de estabilidad monetaria y financiera que por el momento, lejos de desanimar, motivan al capital extranjero a quedarse en el país y seguir invirtiendo, señaló el doctor Fernando Chávez Gutiérrez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El coordinador de El Observatorio Económico de México puntualizó que hablar de que la inversión extranjera en bonos del gobierno es “la tormenta perfecta” es una expresión metafórica extraída –con fines mediáticos– de la reciente participación de Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, en una reunión en Singapur donde hizo un análisis de la economía mundial.
Como parte de la estrategia anticrisis en Estados Unidos, Europa, Canadá y Japón, afirmó, en esos países bajaron las tasas de interés (a niveles cercanos a cero), por lo que en los últimos años se invierte preferentemente en la economías emergentes, como México, donde se da más rendimiento al “capital golondrino” o especulativo, por ello nuestro país ha acumulado inversión extranjera en bonos y otros títulos por 125 mil millones de dólares.
El académico del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco sostuvo que ha habido un considerable aumento en la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros en los últimos cuatro años que representan un tercio del total de valores emitidos, proporción mayor a la que había hace cuatro años.
La pregunta, dijo, es qué pasaría si se fueran, pues hay que garantizar que la salida del capital no provoque súbitamente inestabilidad financiera en México. Sin embargo, el nivel de las reservas está hoy en el orden de los 166 mil millones de dólares, por lo que tal fuga está cubierta. Pero si este capital en bonos del gobierno se fuera en “estampida”, los 40 mil que quedarían, quizá serían insuficientes para garantizar una respuesta estabilizadora por parte de las autoridades financieras del país.
Es relevante que el banco central y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público expliquen próximamente al país la política de reservas monetarias internacionales que se ha adoptado, bajo qué supuestos, a qué costos y con cuáles riesgos, apuntó.
Hay la posibilidad de que permanezcan esos capitales en México porque se están ofreciendo condiciones financieras y macroeconómicas favorables, es decir, hay confianza en la política económica para que el capital no se vaya y hay credibilidad, pues entre otras cosas el arranque del gobierno de Peña Nieto fue exitoso en las percepciones de los mercados financieros internacionales.
Especialista en política monetaria y banca central, Chávez Gutiérrez advirtió que existen tres indicadores fundamentales que hoy son las “anclas” para que se quede el capital extranjero y que hacen del país todavía una buena plaza para éste. El primero son las finanzas públicas que están en equilibrio o con un saldo deficitario muy pequeño, no hay problemas financieros de administración pública graves; un segundo indicador es que el banco central se ha mantenido conservador, ortodoxo y apegado a los lineamientos convencionales afines a los intereses de la banca privada internacional y a las perspectivas de los organismos financieros internacionales. La reputación de México es, en este sentido, evidente. Un tercer aspecto muy atractivo para los inversionistas es, por un lado, las iniciativas del nuevo gobierno para reforzar las finanzas públicas a través de una discutible reforma fiscal y, por otro, los anuncios de vientos privatizadores de Pemex, concluyó el académico.
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