La inseguridad y la violencia que azota a diversos países latinoamericanos, incluido México, está induciendo la migración y provocando desplazamientos poblacionales, indicó el Director de la Sede Subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en México, Hugo Beteta.
“Aunque sea de mala educación decirlo en algunos lugares, en Colombia, en Guatemala, en Centroamérica y en México la violencia genera desplazamientos de población. Hay muchísimo movimiento poblacional asociado con la inseguridad”, subrayó.
Al participar en el Foro “Recursos Naturales y Migración”, organizado por la Fundación Ford en México y albergado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Beteta matizó que los fenómenos naturales como los huracanes también han propiciado migración y los denominados “refugiados ambientales”, sobre todo en países centroamericanos.
En el marco de las celebraciones por el 50 Aniversario de la Fundación Ford en México, el funcionario de la CEPAL detalló que dos tercios de los municipios rurales de México perdieron población entre el 2000 y el 2005, dinámica que, dijo, afecta las políticas públicas del país.
Sin embargo, destacó el papel de las y los migrantes en el desarrollo de los países, pues juegan un rol de intermediarios financieros y posibilitan a los hogares rurales superar las restricciones de acceso al crédito, asumir mayores riesgos y comprar activos como educación y salud, tierras o formar microempresas.
En el Salón Digna Ochoa y Plácido de la CDHDF, Beteta apuntó que en los últimos 40 años la población rural en América Latina ha caído dramáticamente, ya que el porcentaje de población bajó a 25%; mientras que 75% de la población latinoamericana vive en zonas urbanas.
“El número absoluto de población que depende de las actividades primarias en América Latina se ha reducido en más de 30 millones desde que empezó la actual década, también una caída en número absoluto”, indicó.
A su vez, el Oficial de Programa de la Fundación Ford en México, David Kaimowitz, informó que 30% de los hogares rurales en México tienen por lo menos una persona trabajando en Estados Unidos y 11% de los mismos hogares obtienen sus ingresos a través de las remesas.
Pese a ello, advirtió que la migración debilita la gestión comunitaria y hace que las y los jóvenes no se interesen en las labores de su comunidad.
“Una migración que debilita la mano de obra para las empresas comunitarias; que hace más difícil la conservación del suelo por todo lo que conlleva y que aumenta la ganadería extensiva”, acentuó.
David Kaimowitz comentó que estudios recientes muestran que la migración se está reduciendo en México y Centroamérica; sin embargo, esto no significa que haya parado y mucho menos que las comunidades hayan dejado de ser comunidades transnacionales.
El Foro “Recursos Naturales y Migración”, llevado a cabo en el Salón Digna Ochoa y Plácido de la CDHDF, fue encabezado por el Representante para México y Centroamérica de la Fundación Ford, Mario Bronfman, quien tuvo como invitada de honor a la Premio Nobel de Economía 2009, Ellinor Ostrom.
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