La falta de estabilidad laboral en el empleo femenino profundiza el empobrecimiento de las mujeres; sin embargo, más de la mitad de las que trabajan están en la informalidad, señalaron especialistas.
Esta hipótesis fue sostenida por Norma Malagón, coordinadora de la Red de Mujeres Sindicalistas; Ana Güezmes, directora en México de ONU-Mujeres; María Eugenia Gómez, integrante del Comité Especializado de Información con Perspectiva de Género del Inegi, y Rocío Mejía, integrante de la Red Nacional de Género y Economía, durante la presentación del proyecto “Promoviendo el empoderamiento económico de las mujeres a través de mejores políticas”.
Cabe recordar que en México más del 51 por ciento de las mujeres económicamente activas están en el subempleo, lo que quiere decir que se desempeñan en la ocupación informal, inician negocios propios, o son contratadas por empresas formales pero sin prestaciones.
Esto se traduce en que más de la mitad de la población femenina trabajadora no tiene cubiertos sus derechos fundamentales en acceso a la salud, guarderías, prestaciones y créditos; ni tienen garantizadas condiciones equitativas de trabajo como igualdad salarial, seguridad, no discriminación, de no violencia ni despidos injustificados, recordó Rocío Mejía.
En este contexto, Norma Malagón observó que la decisión de las mujeres al ingresar al mercado laboral está condicionada por las tareas domésticas y de cuidado que desempeñan en su hogar, por lo que acceden a trabajos “flexibles”, llevan negocios por cuenta propia o desempeñan ambas actividades para incrementar sus ingresos.
En México, cada vez más mujeres se convierten en emprendedoras, es decir que desempeñan negocios por cuenta propia; no obstante, no existen regulaciones claras para esta forma de trabajo, toda vez que los marcos jurídicos y disposiciones legales están concentradas en las personas asalariadas, indicó María Eugenia Gómez.
En este tema, las expertas coincidieron en que se tienen que revalorar los mecanismos para impulsar los “emprendimientos” de las mujeres en una dinámica de mercado que inhibe la competencia de pequeños negocios, ya que deben contar con tecnología y capacitación para poder hacer sus negocios sostenibles.
Ana Güezmes agregó que el empleo es la principal herramienta para que las mujeres alcancen el empoderamiento y la autonomía, así como también lo es la capacidad de disponer de activos como la tierra, las tecnologías de la información y la comunicación, y el tiempo.
Sin embargo, en México el salario mínimo es uno de los más bajos entre las naciones que suscriben la Organización Internacional del Trabajo, lo que limita la independencia económica de las mujeres y fomenta la explotación, aseguró la representante de ONU-Mujeres en México.
Las especialistas criticaron que la reciente reforma a Ley Federal de Trabajo significó un obstáculo para el empoderamiento de las mujeres, pues con la formalización de la subcontratación se niegan prestaciones y derechos a las trabajadoras.
Ante este panorama, las expertas consideraron que transversalizar la perspectiva de género en todas las políticas públicas y económicas que buscan regular las condiciones del mercado laboral, podría ser la mejor vía para mejorar los empleos y, con esto, potencializar el empoderamiento de las mujeres.
=AJSE=
(CIMAC)
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