Más explotación y despojo: mujeres indígenas

Foto: CNN México

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Históricamente las mujeres indígenas del sureste mexicano han sido discriminadas, pero con la llegada de Enrique Peña Nieto al poder ahora son explotadas, despojadas, despreciadas y reprimidas, denunció la Coordinadora Regional de Mujeres Indígenas y Campesinas del Sureste (Coremus).

Como parte del Día Internacional de la Mujer Indígena, que se conmemora hoy 5 de septiembre, se realizó en Mérida el 16 Encuentro de Mujeres Indígenas y Campesinas del Sureste, el cual congregó a líderes de los estados de Veracruz, Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo, Campeche y Yucatán –sede del evento–, para analizar la realidad de esta población.

Como resultado del encuentro (que se realiza cada tres años), la Coremus emitió una declaratoria en la que acusó las graves violaciones a Derechos Humanos (DH) que padecen las indígenas y que se han agravado y han adoptado nuevas formas.

“Las mujeres además de sufrir la explotación, el feminicidio, la violencia de género y violaciones a las mujeres indígenas y campesinas, estamos sufriendo las consecuencias del sistema capitalista neoliberal y patriarcal, y junto con él, un mayor despojo del territorio para las mujeres”, advirtió la coordinadora.

Y es que, de acuerdo con quienes acudieron al encuentro, el gobierno federal no ha resuelto la falta de tierra para las mujeres y por el contrario se ha incrementado la producción de cultivos transgénicos, que comúnmente son propiedad de empresas extranjeras y monopolios que excluyen a los pueblos originarios.

Denunciaron que esto además de despojar a las mujeres de sus predios les trae problemas a su salud física por las explotaciones de tierras que utilizan productos químicos y con alto contenido de materiales dañinos, y porque se limita el acceso al agua potable para el consumo.

Sumado a ello, en los últimos tres años principalmente en Tabasco, Veracruz, Chiapas, Yucatán y Oaxaca, se ha incrementado exponencialmente la violencia contra las mujeres.

“Todos los días aparecen mujeres muertas, violadas, desnudas y expuestas desde la saña misógina de sus agresores para mostrar con impunidad la violación a los derechos de las mujeres”, se asentó en la declaratoria.

Además de los problemas que padecen de manera generalizada las mujeres de la región, la Coremus apuntó que cada estado presenta problemáticas específicas, y puso como ejemplo que en Yucatán la violencia de género se vincula, además del machismo, al alcoholismo e incremento de la drogadicción de los hombres, y han aumentado la violación contra niñas y adolescentes, los embarazos tempranos y el incesto.

En Veracruz, la militarización ha impactado fuertemente a las mujeres ya que, según la Coremus, con la salida del Ejército a las calles se han incrementado las violaciones sexuales. “La presencia tanto militar como de narcotraficantes ha restringido el tránsito libre en las comunidades, mucho más para las mujeres por el temor a ser presas de las balaceras o violaciones”, dijo la coordinadora.

En ese contexto, las mujeres recordaron que no pueden ser invisibilizadas o excluidas de los programas y políticas públicas, pues tienen conocimientos, saberes y son agentes de cambio.

“Hemos rescatado nuestras culturas, la concientización de las mujeres en autonomía y toma de decisiones, hemos propuesto nuevas formas de capacitarnos, a través de escuelas vivas de mujeres, donde compartimos vivencias y experiencias concretas para acercarnos a nuestra propia identidad, fortaleciendo nuestros valores comunitarios, la identidad de nuestros pueblos originarios incorporando la igualdad de género, clase y edad, sin renunciar a los valores y a nuestros saberes ancestrales y al valor de la comunidad”, se resaltó en la declaratoria.

La Coremus llamó a las autoridades federales y estatales para que adecuen sus programas y políticas públicas a las necesidades y contexto social específico que viven las mujeres en cada población y comunidad, y al mismo tiempo se ponga especial acento en la autonomía de las comunidades.

Exigió que se respeten las formas de organización que cada región tiene, así como a su libertad para decidir sobre su territorio con base en sus conocimientos ancestrales sobre la naturaleza.

El Día Internacional de la Mujer Indígena se instituyó en honor de la boliviana Bartolina Sisa, quien fue asesinada el 5 de septiembre de 1782 por defender a su comunidad de la colonización, y buscar la libertad y vida digna para los pueblos nativos.

 

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