Mientras no haya control sobre la fuerza del Estado, no viviremos en democracia: Arroyo Vieyra

Foto: Senado

En tanto la normalidad democrática no tenga absoluto control sobre la fuerza del Estado y el monopolio de ésta, no podremos decir que vivimos en una democracia civilizada, afirmó el senador Francisco Arroyo Vieyra, vicepresidente de la Mesa Directiva.

Al inaugurar el foro internacional: Experiencia Parlamentaria y Seguridad Nacional. Los Controles Democráticos aseguró que también la penetración del crimen organizado y de otros grupos en el Estado, dañan y ponen en riesgo su estructura e impiden el cumplimiento de sus objetivos.

Aunado a ello, explicó,  ahora existen “tentaciones” de organismos de inteligencia que se dedican a espiar a políticos, por lo que es necesario que los controles sobre la normalidad democrática “pongan en orden” a este tipo de dependencias.

Ello, precisó el legislador priista, para que no pierdan su tiempo en espiar a los políticos y verdaderamente se dediquen a investigar cuáles son las líneas más delgadas de la penetración del crimen organizado en la estructura del poder.

En este sentido, recordó que América Latina tiene una “historia oscura que quisiéramos dejar atrás como las etapas de la guerra sucia, la violación inmisericorde de derechos humanos, en las que desgraciadamente una parte del Estado estaba sin control y actuaba sin ningún parámetro moral”.

Por ello, en su mensaje en representación del presidente del Senado, José González Morfín, insistió en que es fundamental que existan controles democráticos para poder hablar de una “normalidad democrática contemporánea” y de un absoluto control sobre las fuerzas del Estado.

En tanto, el senador perredista Valentín Guzmán Soto, presidente de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, advirtió que en México no parece ser factible consolidar un futuro democrático sin un cambio de estrategia de ataque al crimen organizado.

Señaló que mientras no exista democracia nada mejorará en el país, ya que la crisis actual corroe los ámbitos de la política, de la economía y el bienestar social porque “no se podrán resolver bajo las mismas prácticas y estrategias que una y otra vez han fracasado”.

En su opinión, el futuro de la democracia está ligado a la capacidad que tenga un gobierno de proteger los derechos de sus ciudadanos y de su territorio, por lo que se requieren de soluciones urgentes.

Guzmán Soto destacó la necesidad de hacer una “verdadera guerra contra la pobreza extrema y el desempleo”, ya que mientras no se combata la pobreza, la marginación y el desempleo los esfuerzos para combatir el crimen organizado seguirán siendo inútiles

Tenemos –agregó– que generar desarrollo económico y social y no solo basarnos en una política policiaca sino generar desarrollo, equidad y dimensión social, porque de lo contrario se seguirá fortaleciendo al crimen organizado.

Por otro lado, subrayó que los controles democráticos son la respuesta positiva al dilema que supone el esfuerzo por la búsqueda de la seguridad y  el respeto a los derechos humanos.

Además, consideró que estos mecanismos deben apuntar hacia la lucha contra la impunidad, debido a que ésta es mucho más compleja porque involucra al sistema de justicia, la cultura de la legalidad y el tejido social.

En esta perspectiva –añadió– el Poder Legislativo tiene responsabilidades, desafíos y oportunidades en el futuro inmediato del país, porque la protección de los derechos fundamentales del hombre debe ser la única guía a seguir por parte de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de resguardar la seguridad nacional  de nuestro país.

Posteriormente, Philip Fluri, del Centro de Ginebra para el Control de Democrático de las Fuerzas Armadas, expresó que es necesario asegurar el control democrático y civil del sector de seguridad, así como reforzar las capacidades de supervisión y administración de los ministerios de gobierno, parlamentos y organizaciones de la sociedad civil para este fin.

Lo anterior, expuso, debido a que si no hay estabilidad no hay prosperidad ni democracia, por lo que todas las instituciones y organizaciones civiles deben jugar un rol fundamental en la supervisión de las fuerzas del Estado.

Asimismo, indicó que no se puede dejar la materia de la defensa de la sociedad contra los desafíos globales en manos del Ejecutivo solamente, de tal manera que el rol del Parlamento es convertirse en guardián de la Constitución, de los derechos humanos y del Estado de derecho.

Cabe señalar que este foro, en el que participan legisladores de y expertos de México, Colombia, Guatemala y Ecuador tiene como objetivo conocer desarrollos teóricos y experiencias concretas de la participación del Poder Legislativo en otros países para su análisis y debate desde una perspectiva nacional.