OEA a favor de fortalecer instituciones que combaten el narcotráfico

Foto: Senado

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El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, planteó ante el Senado que se coloque como el centro de la política contra las drogas el fortalecimiento de las instituciones de combate a este ilícito, antes que la “válida” flexibilización para la legalización de algunas drogas, como la mariguana.

Lo anterior al presentar el Informe sobre el Problema de las Drogas en las Américas, en el panel La Política de Drogas en el Mundo, dentro del foro De la Prohibición a la Regulación; nuevos enfoques en política de drogas en el mundo, promovido por el presidente de la Comisión del Distrito Federal, senador Mario Delgado.

Miguel Insulza destacó que de los escenarios planteados por especialistas de la OEA destaca el que indica: “Más allá de la flexibilidad, hay que poner un acento en el tema institucional;  la violencia criminal está más asociada a los problemas de carácter institucional que viven los países y que no tienen la capacidad de llegar a los rincones de la sociedad donde se produce el problema del tráfico”.

Ello, al concluirse que se ha combatido la criminalidad de manera insuficiente e inadecuada, en este escenario se pone el énfasis en la presencia de instituciones débiles que no han sido capaces de controlar el fenómeno criminal”.

“Lo más relevante de la exposición de este escenario de los especialistas,  es que no debemos hablar de que –en las Américas- hemos fracasado en la política contra las drogas, porque cuando tenemos policías insuficientes, tribunales insatisfactorios,  cárceles en las juntamos unos con otros, etcétera, no estamos haciendo bien nuestro trabajo”.

En un segundo escenario, abundó,   plantean  que estamos abordando el sistema de las drogas desde una perspectiva equivocada al percibirse el consumo como parte del tráfico de estupefacientes.

“El drogadicto es un enfermo”, por lo que el problema de las drogas debe enfrentarse con un enfoque múltiple y flexible, en este escenario la despenalización del consumo es un tema válido que no afecta el actual estado jurídico internacional respecto a las drogas, subrayó.

“En este escenario se presenta la racionalidad”, donde es posible  hablar de la  legalización de algunos productos, puntualizó el diplomático.

Al precisar sobre cifras en la guerra contra el  narcotráfico, iniciada en las Américas desde hace 40 años,  el titular de la OEA destacó que de las 3 millones 600 mil personas presas en la región,  dos millones es por delitos ligados a las drogas.

“Hemos tenido grandes éxitos tomando prisioneros del adversario –puntualizó- pero no hemos tenido ningún éxito en cuanto a suprimir el objeto mismo de la guerra que es la droga”.

Indicó que las bandas de narcotraficantes se dedican también a otras actividades ilícitas, “pero tienen su corazón  en las enormes cantidades de dinero que provienen del narcotráfico”, lo cual a si vez da pauta a la “corrupción que crea en los  países importantes problemas de gobernabilidad”.

El lavado de dinero se ha extendido a otras actividades de la sociedad, pues del “total del negocio de 154 mil millones de dólares al año”,  la mitad se lava en el sistema financiero y la otra parte en empresas corredoras de propiedades y estudios profesionales, entre otros.

Miguel Insulza refirió que en las Américas se consume 45 por ciento del total de cocaína que se trafica en el mundo; la mitad de la heroína y la cuarta parte de la mariguana, registrándose además un considerable aumento en la pasta base de coca, crack, anfetaminas y el uso indebido de fármacos ilegales, con graves daños a la salud.

Pese al aumento del consumo, subrayó, al dar seguimiento al tráfico se detectó que no siempre el rastro de dinero es el mismo que el de la violencia, pues si bien hay problemas en los países donde se cultivan estupefacientes y en los que se vende, especialmente en Norte América, el problema se recrudece en las zonas de tráfico donde los cárteles se disputan posibilidad de  llevar su producto al mercado final.

“A este tema estamos atados y la verdad es que en esas condiciones la guerra parece una guerra sin fin, si hemos de atenernos únicamente a la lucha contra la oferta”, concluyó el secretario de la OEA.

 

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