La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) consideró que la aplicación de la pena de muerte no es y nunca será una medida efectiva para encontrar justicia por los delitos y crímenes cometidos en un Estado democrático.
Por este motivo, la institución condenó enérgicamente la ejecución del mexicano Edgar Tamayo Arias por parte de las autoridades de Texas, en Estados Unidos, además de que representa un retroceso y una grave violación a los derechos humanos al socavar la dignidad intrínseca y el derecho a la vida, inalienables en todo ser humano.
La CDHDF añadió que la pena de muerte no debe ser una herramienta de justicia porque está en contra de los derechos humanos, por lo que su rechazo es cada vez mayor entre la comunidad internacional y cada año aumenta el número de países que la eliminan de sus leyes.
Cabe destacar que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, del cual forman parte más de 120 países incluido México, no prevé la aplicación de la pena de muerte como una solución viable, ni siquiera en el caso de los crímenes más graves contra la humanidad como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra.
De igual forma la Convención Americana sobre Derechos Humanos contempla en su Artículo 4 la prohibición del restablecimiento de la pena de muerte, debiendo señalar que México abolió dicho castigo mediante una Reforma a la Constitución y el Código de Justicia Militar en el año 2005.
=Con información de CDHDF=
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