El Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Placencia, llamó ayer a derribar los mitos en torno al consumo de drogas, y urgió a hacerlo desde una perspectiva de derechos humanos, donde esta práctica deje de ser ilícita, inmoral, anormal o producto de una subcultura, para ser vista como un estilo de vida, de hábitos o comportamientos que configuran la identidad de algunas personas.
Durante la presentación de la Primera encuesta de usuarios de drogas ilegales y derechos humanos en la Ciudad de México, delColectivo por una Política Integral Hacia las Drogas (CuPIHD), dijo que una de las tareas de un Estado Democrático de Derechos debe ser la de procurar el respeto de todos los estilos de vida, independientemente del consumo de drogas, de alcohol o de otras sustancias susceptibles de generar adicción.
En todo caso, explicó, es el impacto que puede tener en las propias personas y en quienes le rodean el que debe prevalecer en plantear los límites y el que deje implícita la responsabilidad y el compromiso sobre cualquier estilo de vida: “Todos los estilos de vida son admisibles, no hay peores o mejores estilos de vida que deban prevalecer sobre otros”, insistió.
Al comentar los resultados de la Primera encuesta…, a la que calificó como inédita, consideró que debe ser fortalecida para que considere un universo mucho mayor, así como la participación de personas menores de 18 años, con el fin de que sirva como fuente de información para una política pública mucho más atinada.
Y agregó que: “Parece ser que una aproximación mucho más punitiva hacia el tema de las drogas no solamente no lo resuelve, sino que la problematiza mucho más”.
Citó que entre los resultados de la encuesta está que 9 de cada 10 consumidores dijo que tiene un trabajo, mientras que 50% dijo contar con el grado de licenciatura: “Es decir, seguramente están empleadas y están siendo útiles, funcionales aunque sean consumidoras”, por lo que advirtió sobre la necesidad de revisar la asociación común de que las drogas son para personas que no hacen nada, que están desempleadas o que no estudian.
Exhortó a analizar el efecto de la discriminación y la estigmatización que orilla al consumo clandestino en el mercado ilícito de drogas y trabajar para que su consumo sea aceptado como un comportamiento que existe y ha existido históricamente en la vida de las personas, a veces con una u otra sustancia, pero que en la medida en que se visibilice permita exigir mejores sustancias, menos contaminadas o degradadas, a mejores precios y disminuyendo efectos secundarios y nocivos.
En tanto, el Representante en México de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Antonio Mazzitelli, reiteró la necesidad de no criminalizar ni al consumidor ni el consumo de drogas: “Para Naciones Unidas, el usuario de drogas es un enfermo que necesita tratamiento y rehabilitación, no penas”.
No obstante, señaló que la rehabilitación y tratamiento debe ser totalmente consentida, en el marco de la seguridad y el respeto social hacia las personas consumidoras, aún de las que tienen problemas con su consumo o abuso.
Coincidió con los resultados de la Primera encuesta y dijo que hay que replantear el desempeño de las instituciones a través de una prevención integral del consumo de drogas, que fomenten la formación de ciudadanos fuertes y responsables de sus decisiones; fortalecer las redes de asistencia, considerando la constante evolución de las drogas y las modalidades de su distribución; y romper con el círculo de estigmatización de los consumidores, a través de las Cortes de Drogas como alternativas del circuito penal.
Por su parte, el Coordinador de Proyectos de Investigación del CuPIHD, Carlos Zamudio, señaló que en la encuesta participaron 429 personas, 91.5% viven en el Distrito Federal y el resto en el Estado de México, quienes respondieron a 350 cuestionamientos sobre sus hábitos, frecuencia y volúmenes de consumo.
Destacó que 54% dijo tener grado de licenciatura, 28% haber estudiado el bachillerato y más de 10% la secundaria; casi 20% inició consumiendo en su casa y más de 16% en la escuela; 32% lo sigue haciendo en su casa y un porcentaje igual en sitios diversos.
Entre los riesgos y daños que aceptaron experimentar está el de tener relaciones sexuales sin protección (64%), conducir un vehículo (58%), haber sido golpeado (34%), tendencias suicidas (24%), tener accidentes (19%) y forzar las relaciones sexuales (9%). La mayoría dijo haber comenzado a consumir marihuana a los 16 años, seguidos por los que dijeron iniciarse con inhalables a los 14 años, en ambos casos, después de haber iniciado el consumo de alcohol.
Dijo que 3 de cada 4 usuarios de drogas se sienten discriminados: 37% por la sociedad en general, 21% por las autoridades (por su aspecto han sido extorsionados y abusados de alguna manera por elementos de la policía) y 11% por familiares; 33% se abastece de drogas en las ‘tienditas’, las solicita vía telefónica (17%), con amigos (11%) o por otros medios (29%).
Por su parte, el integrante del Consejo Directivo México Unido Contra la Delincuencia, Javier Mancera, coincidió con los participantes en la necesidad de no criminalizar y estigmatizar el consumo de drogas y celebró la elaboración de la Encuesta, así como de la publicación de sus resultados, ya que dijo, la sociedad debe contar con más y mejor información para tomar decisiones responsables.
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