Piden mecanismos eficaces para denunciar acoso en la UNAM

unamLas investigadoras, profesoras, trabajadoras y alumnas de la UNAM también deben soportar piropos no deseados, miradas morbosas, bromas sobre su vida sexual, presiones para aceptar invitaciones fuera del trabajo, correos o mensajes con contenido sexual, amenazas y hasta contacto físico no deseado.

Así lo revela el libro “Intrusas en la Universidad”, editado por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) y el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, un estudio que a través de encuestas a la población universitaria encontró que el hostigamiento sexual no es ajeno a las instituciones educativas donde prevalecen relaciones de poder, en especial entre el alumnado y el profesorado.

La investigación señala que hay una diferencia entre las mujeres agredidas; por ejemplo, de un listado de 12 actos que pueden considerarse hostigamiento sexual, las investigadoras y académicas reportan padecer menos acoso, mientras que las trabajadoras administrativas señalan que el único acto que no reciben es violencia física.

En tanto las alumnas son acosadas de distinta forma, tanto por sus compañeros varones o por sus profesores, actos que van desde presionarlas para que acepten invitaciones a salir hasta roces físicos. Muchas veces estas acciones las han obligado a decidir cambiar de grupo o darse de baja de la asignatura.

Pese a ello la UNAM, destaca la investigación, no cuenta con un protocolo o sistema de atención a la violencia de género, ni tampoco existe una postura institucional clara en contra del hostigamiento dentro del campus universitario.

“Estas ausencias dejan el campo fértil para que un fenómeno de carácter social colectivo, que daña las personas e instituciones, sea percibido como un problema individual, del cual incluso la víctima pueda sentirse responsable; o que no se tenga conciencia o comprensión de la gravedad del hecho; o que quienes pretenden denunciar se enfrenten a la desprotección y desorientación institucional”, dice el reporte.

Un ejemplo reciente de esta situación es el caso de una estudiante de educación media superior de la UNAM, acosada sexualmente por un profesor.

El caso que además fue videograbado por compañeros de la adolescente llegó hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que emitió una recomendación a la máxima casa de estudios por no haber sancionado al responsable.

Al respecto se han pronunciado diversos actores. La senadora del PRD Angélica de la Peña llamó a la Rectoría de la UNAM a incidir en la integración de la materia de Derechos Humanos y la igualdad sustantiva desde la perspectiva de género, en todas las escuelas y facultades para que este caso y otros que no son grabados, sean erradicados de las instituciones educativas.

La legisladora indicó que es indispensable asegurar que los maestros no ejerzan algún tipo de violencia contra el alumnado, y sepan que la UNAM actuará con rigor frente a cualquier hecho de violencia de género.

Por ello llamó a las autoridades universitarias a crear los mecanismos institucionales adecuados para que cualquier alumna o profesoras víctimas de algún tipo de violencia denuncien sin temor a represalias, con confianza, sin necesidad de un video, y con la garantía de que obtendrá una respuesta con diligencia, inmediatez, imparcialidad y proporcionalidad.

 

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