Reactivar diálogo para transformar la educación: maestras

Foto: Anaiz Zamora Márquez

Foto: Anaiz Zamora Márquez
CIMAC

A casi un año de iniciado el conflicto magisterial, las demandas de maestras que por años han enfrentado condiciones deplorables y escasez de recursos para realizar su trabajo y actualmente se enfrentan a una reforma educativa que pega en sus derechos laborales, no han sido escuchadas.

Las docentes, quienes dicen no negarse a ser evaluadas, denunciaron que pese a los discursos del gobierno para proteger los Derechos Humanos, las demandas y necesidades de las y los profesores que buscan mejores condiciones laborales y de aprendizaje para sus alumnas y alumnos, “parecen no importar”.

El pasado viernes, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) realizaron una manifestación en la Ciudad de México para exigir que la reforma constitucional sea derogada y se reactive el diálogo para lograr una verdadera transformación educativa.

Al finalizar la caminata y llegar a las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), maestras mexiquenses lanzaron pequeños globos de cantoya con consignas en contra de la reforma aprobada en septiembre pasado con la publicación de la  Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, y la Ley General del Servicio Profesional Docente.

Maestras dijeron a Cimacnoticias que el objetivo de la reforma es “castigar” a quienes no se apeguen a las normas, ya que con la evaluación se justificará la rescisión de contratos sin importar el número de años trabajados en el magisterio, o la capacitación en horarios no laborales y con sus propios recursos que han tomado las propias profesoras.

A decir de Dolores Morán, representante de la organización Pedagogía Libertaria e integrante del magisterio mexiquense, desde que comenzaron las protestas se inició una campaña mediática de desprestigio contra las y los maestros, en la que se les tachaba de  “flojos, agresivos o ignorantes”, cuando la realidad es que se manifiestan en contra de una reforma que viola las garantías de las poblaciones más vulnerables.

De acuerdo con la maestra que trabaja en escuelas del oriente del Edomex es indispensable que las entidades acepten que la calidad de la educación también depende de sus gobiernos, por lo que deben formar parte de las mesas de diálogo y la conformación de acuerdos.

Morán explicó que muchas de las docentes son jefas de familia, quienes además de enfrentar sueldos bajos, en ocasiones deben subsanar con sus propios recursos la carencia de materiales o insumos con los que dan clase en municipios como Chalco o Iztapaluca, que comúnmente carecen de instalaciones adecuadas para atender la demanda estudiantil, “lo que es una responsabilidad del gobierno local”, acotó.

Por su parte América, originaria de la Sierra Mixe de Oaxaca y quien permanece en el plantón del Monumento a la Revolución, denunció la precariedad educativa en la que viven muchas de las comunidades de los estados más pobres del país, “y que nadie está interesado en resolver”.

Contó que ella y algunas de sus compañeras caminan más de cuatro horas en la sierra para llegar al atrio de una iglesia que hace las veces de escuela, para enfrentarse a un grupo que no logra entenderla. “Yo hablo mixe y español, ellos hablan otro idioma, me entiendo a señas con ellos. ¿Cómo puedo enseñarles a sumar o restar en esas condiciones?”.

Negó que las comunidades se opongan al movimiento magisterial, como lo han asegurado algunos medios de comunicación, y al contrario las madres y padres de familia apoyan la lucha de las maestras por mejores condiciones en las escuelas, pues “nos han dicho ‘no vuelvan si no triunfan’”.

Cabe recordar que desde su campaña presidencial, Enrique Peña Nieto anunció una serie de reformas estructurales, que se concretaron el año pasado a través del Pacto por México –un acuerdo entre el gobierno federal y los principales partidos de oposición–. El primer acto de este grupo fue la aprobación de la reforma educativa.

Entre enero y abril de 2013 las secciones magisteriales de Chiapas y Guerrero comenzaron protestas locales contra la reforma enviada por el titular del Ejecutivo al Congreso, en enero de ese año.

Se entablaron mesas de diálogo entre el magisterio y el gobierno federal, pero las propuestas no fueron escuchadas y finalmente el 18 de agosto de 2013 integrantes de diversas secciones de la CNTE se instalaron en plantón en el Zócalo capitalino, mismo que fue replegado el 13 de septiembre y desde entonces se mantiene en el Monumento a la Revolución, sin que el gobierno federal haya aceptado reiniciar las negociaciones.

 

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(CIMAC)