La reforma política que fue avalada por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión es un documento incompleto que satisface en su mayoría sólo las demandas hechas por la derecha, con la que se seguirá fortaleciendo las atribuciones del Presidente en turno, quien además de jurar al cargo incluso en los baños de la Universidad Iberoamericana -si así lo requiere- ahora también tendrá el derecho de remitir dos iniciativas preferentes en un periodo ordinario de sesiones por encima de las iniciativas ciudadanas que también se avalaron, dijo Vladimir Aguilar García, Secretario de Planeación Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Mediante un comunicado, señaló que los partidos de izquierda de ninguna manera pueden sentirse satisfechos con un documento que establece los límites de sobrerrepresentación en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y que contempla mecanismos de sustitución presidencial por ausencia absoluta, pero que no dice nada sobre el cumplimiento a cabalidad y sin chantajes los acuerdos para que la presidencia de la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política sean encabezados cada año de manera rotativa por los partidos que obtuvieron el mayor número de votos en las elecciones.
Sin duda alguna, se avaló precipitadamente un ordenamiento que no es mayor al impulsado por Jesús Reyes Heroles en 1977, como dijo Manlio Fabio Beltrones, pues deja fuera temas tan importantes como la transparencia en las campañas políticas, la rendición de cuentas de los recursos que reciben los partidos políticos, el endurecimiento a los controles de los presupuestos estatales, la reelección legislativa y la revocación de mandato como instrumento ciudadano para decidir la permanencia o no de los funcionarios públicos no logró la inserción de los diversos grupos políticos en México.
Más que el cumplimiento con las exigencias de la oposición, el que se haya incluido la consulta popular, la iniciativa popular y la figura de los candidatos ciudadanos en dicho ordenamiento parece más bien un premio de consolación con el cual poder acallar las críticas, pues tendremos que esperar hasta el año 2015 para poder tener candidatos independientes que no tengan que ser bendecidos por algún partido, y antes se tendrán que hacer modificaciones al Cofipe y expedir una ley que reglamente dicho procedimiento.
Con la reforma que avalaron 18 congresos locales -la mayoría de gobiernos priistas- se resuelve principalmente el problema que enfrentó Felipe Calderón para asumir como Presidente de la República en 2006, se ratifica la excesiva concentración de atribuciones de los políticos, pero se desdeña el involucramiento de los ciudadanos en cuestiones públicas de interés general.
Reiteramos la urgente necesidad de transitar hacia un régimen semi parlamentario que le quite atribuciones al Poder Ejecutivo, con el que se logren concretar los acuerdos políticos que se necesitan para avanzar en los temas trascendentales del país y que aleje cualquier intentona de aquellos que pugnan por dotar de sobrerrepresentación a una sola fuerza política en detrimento de la pluralidad que supone el actual régimen de partidos.
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