El bullying homofóbico es uno de los principales problemas que enfrenta la comunidad homosexual en América Latina, señaló Toni Reis, Presidente de la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros, y otra de las mayores problemáticas son los asesinatos por homofobia: “En México hay 750 muertes en los últimos años por ser LGBT; para combatir esa situación hay que elaborar políticas públicas”.
Durante su participación en el Diplomado Teoría y Práctica de las Organizaciones Civiles con Trabajo en Disidencia Sexual y VIH/sida en México, impartido por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el académico hizo un recorrido sobre la situación nada alentadora de la comunidad homosexual en el mundo, pues “en 7 países ser homosexual se castiga con pena de muerte, en 75 países es delito, solo en 58 países se protege a las personas LGBT, hay 34 países que reconocen la unión entre personas del mismo sexo y tan sólo en 10 países existe el matrimonio igualitario, siendo Argentina el único en América Latina”.
Toni Reis destacó la importancia que las personas transexuales tienen dentro de la comunidad gay: “son el sector más discriminado de la comunidad, porque rompen la cuestión de género, porque aunque tienen pene se visten como mujer; las personas transexuales son como nuestros anuncios espectaculares, porque son completamente visibles, no pueden engañar a nadie, son como la punta del iceberg”.
En cuanto a leyes contra la discriminación hacia las personas homosexuales, “México está más avanzado, porque acá ya se aprobó la ley contra homofobia, la ley que prohíbe la discriminación por orientación sexual e identidad de género; en Brasil todavía no”, indicó Toni Reis.
Al impartir el módulo “Incidencia Política”, consideró fundamental que la comunidad gay se organice, analice el contexto y planee las acciones que llevarán a cabo, lo que ejemplificó con lo ocurrido en Brasil durante la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo: “Ya es ley nacional, se aprobó en la Suprema Corte de Justicia, analizamos la Constitución, que dice que en Brasil no habrá discriminación, entonces hicimos una demanda, explicando que no teníamos el derecho de casarnos con quien nosotros quisiéramos, visitamos a todos los jueces y les dijimos: ‘eso es discriminación’”.
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