Pasadas las seis de la tarde las primeras noticias de la jornada electoral de ayer comenzaron a surgir. Las más de 143 mil casillas ya habían cerrado y atrás quedaban más de 3 mil incidentes registrados por el Instituto Federal Electoral.
Las redes sociales adelantaban mediante diversas voces la victoria aplastante del PRD en el DF, los primeros indicios de que la campaña del PRI daba resultados en Yucatán y Jalisco y de que regresaban a Los Pinos, o de que el PRD podía ganar sin alianzas con los blanquiazules en Morelos y Tabasco.
En cambio el PAN tristemente solo refrendaba su triunfo en Guanajuato.
En las afueras del IFE una treintena de personas protestaba porque se quedó sin votar, y reclamaban una nueva legislación que destinara más boletas para las casillas especiales.
Mientras que dentro del Instituto se alistaban para que en punto de las 20 horas se rindiera el primer informe sobre la jornada electoral.
Dicha hora el IFE puso en pantalla los primeros datos del IFE que mostraban que quien llevaba la delantera era Enrique Peña Nieto, con más del 50 por ciento de los votos, y doblaban las preferencias sobre Andrés Manuel López Obrador, con 25 por ciento.
En tercer sitio se hallaba la panista Josefina Vázquez Mota, con 19 por ciento de los votos.
Aunque era un número muy pequeño de casillas contabilizadas, menos del 01.00 por ciento, confirmaban lo que las encuestas en campaña habían predicho, y las encuestas de salida marcaban.
Un tercer lugar que fue innecesario confirmar mediante más conteos de votos. Apenas rebasadas las 100 actas de casillas, la panista dio un mensaje. Sin borrar su sonrisa, pero con ojos húmedos aceptó que las tendencias no le favorecían
Posteriormente, en sesión del Consejo general del IFE, el representante panista Rogelio Carvajal mencionó a la candidata de su partido
“La actitud de nuestra candidata honra el más elemental principio democrático de reconocer cuando una determinación ciudadana no nos es favorable”.
La derrota abarcaba además de la presidencia, gubernaturas. Una era la de Jalisco, a manos del PRI, y la de Morelos, a manos del PRD.
Doce años de gobierno panista se iban. El camino se desandaba. El gobierno del cambio, como se vendió hace 12 años, fue cambiado ayer.
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