Se espera que el flujo de remesas hacia el mundo en desarrollo supere las estimaciones anteriores y llegue a un total de US$406.000 millones durante este año, un alza de 6,5 por ciento respecto del año pasado, sostiene un nuevo informe del Banco Mundial sobre migración mundial y remesas.
Así lo informó el propio BM durante un comunicado emitido ayer.
Las proyecciones indican que las transferencias hacia los países en desarrollo aumentarán en 7,9 por ciento en 2013, 10,1 por ciento en 2014 y 10,7 por ciento en 2015, para llegar a US$534.000 millones en 2015.
Se proyecta que los flujos mundiales, incluidos aquellos hacia los países de ingresos altos, sumen un total de US$534.000 millones en 2012, y que alcancen los US$685.000 millones en 2015, según la última versión de la Reseña sobre Migración y Desarrollo del Banco publicada hoy.
Sin embargo, pese al crecimiento general de estos flujos hacia los países en desarrollo, la continuidad de la crisis económica mundial está haciendo menguar los envíos hacia algunas regiones, en especial hacia Europa y Asia central y África al sur del Sahara. En tanto, Asia meridional y Oriente Medio y Norte de África (MENA) deberían arrojar resultados mucho mejores que las expectativas previas.
Los receptores principales de las remesas registradas oficialmente durante 2012 son India (US$70.000 millones), China (US$66.000 millones), Filipinas y México (US$24.000 millones cada uno) y Nigeria (US$21.000 millones). Otros grandes destinatarios son Egipto, Pakistán, Bangladesh, Viet Nam y el Líbano.
Como porcentaje del PIB, Tayikistán (47 por ciento), Liberia (31 por ciento), República Kirguisa (29 por ciento), Lesotho (27 por ciento), Moldova (23% por ciento), Nepal (22 por ciento) y Samoa (21 por ciento) ocupan los primeros lugares en la lista de principales beneficiarios en 2011.
“Aunque los trabajadores migrantes se vieron afectados en alto grado por el lento crecimiento de la economía mundial, los volúmenes de las remesas se han mantenido sorprendentemente estables y constituyen una línea vital para las familias pobres y una fuente permanente y confiable de divisas en muchos países receptores”, dijo Hans Timmer, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo del Banco.
Los flujos que llegan a las regiones y países que tienen grandes cantidades de migrantes en las naciones exportadores de petróleo siguen mostrando un sólido crecimiento, en comparación con el caso en el que los migrantes se concentran principalmente en las economías avanzadas, en particular de Europa occidental.
Así, las regiones de Asia meridional, MENA y Asia oriental y el Pacífico –cuyos trabajadores emigran en masa hacia los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)– están registrando mayores alzas de las esperadas en sus remesas. En el caso de Asia meridional, se espera que los flujos lleguen a US$109.000 millones en 2012, un aumento de 12,5% respecto de 2011; se estima que la región de Asia oriental y el Pacífico atraerá US$114.000 millones, un incremento de 7,2% sobre el año 2011; mientras que MENA recibiría US$47.000, un alza de 8,4% en relación con el año pasado.
Las remesas hacia América Latina y el Caribe se benefician del respaldo de una economía en recuperación y mejores condiciones en el mercado laboral de Estados Unidos, pero se moderan debido a la inestabilidad económica de Europa. En ese sentido, la región registrará solo una modesta alza de 2,9% en 2012, con un total estimado de US$64.000 millones.
Por el contrario, se estima que los flujos hacia las regiones de Europa y Asia central y África al sur del Sahara se mantengan inalterados, principalmente debido a la contracción económica de las naciones europeas de altos ingresos. Las corrientes de remesas hacia Europa y Asia central se quedarán casi sin cambios, en US$41.000 millones, mientras que la cifra correspondiente a África al sur del Sahara es de US$31.000 este año, aunque para ambas regiones se pronostica una fuerte recuperación de los envíos en 2013.
“Los trabajadores migrantes están demostrando una tremenda resistencia a la crisis económica permanente de los países desarrollados”, sostuvo Dilip Ratha, gerente de la Unidad de Migración y Remesas del Banco y principal autor de la reseña. “La celeridad de éstos para encontrar fuentes alternativas de trabajo y recortar sus propios gastos ha impedido su retorno masivo a sus países de origen”.
Hacia el futuro, el Banco prevé un crecimiento sostenido en los flujos de remesas hacia todas las regiones, aunque la continuidad del desempleo en Europa y las actitudes más restrictivas que enfrentan los trabajadores migrantes en algunos lugares plantean riesgos graves.
Otro obstáculo al crecimiento de las transferencias es el alto costo del envío de dinero, que alcanzó un promedio de 7,5% en el tercer trimestre de 2012 en los 20 principales corredores de remesas bilaterales, y de 9 por ciento en todos los países para los cuales se cuentan con datos sobre su importe. El valor promedio de las remesas hacia África al sur del Sahara fue de 12,4%, el más alto entre las regiones en desarrollo.
La Reseña sobre Migración y Desarrollo también advierte que aún no se cumple la promesa sobre las remesas vía teléfonos móviles, pese al drástico aumento de éstos en el mundo en desarrollo. Las transferencias vía telefonía móvil caen en el vacío legal entre reglamentos financieros y de telecomunicaciones, y muchos bancos centrales han prohibido que entidades no bancarias presten servicios financieros. Por lo tanto, las autoridades bancarias y de telecomunicaciones deben reunirse y diseñar en conjunto reglas sobre este tema.
La reseña también analiza la implementación del nuevo reglamento sobre remesas de Estados Unidos y Europa y concluye que es probable que éste reduzca los costos de envío a largo plazo gracias a que incrementa la competencia y mejora la protección al consumidor.
“La comunidad mundial ha logrado avanzar en tres de las cuatro áreas del programa general sobre remesas, a saber: datos, costos y movilización de remesas para el acceso de los países al mercado de capitales. Sin embargo, el progreso ha sido lento en el ámbito de la creación de lazos entre remesas y acceso financiero de los pobres. Existe un gran potencial para el diseño de esquemas de micro ahorro y micro seguros vinculados con las remesas y para el financiamiento de la pequeña y mediana empresa (PYME)”, dijo Ratha.
Como un actor clave en el ámbito de la migración y las remesas, el Banco Mundial está trabajando en una nueva iniciativa, la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD, por sus siglas en inglés), que apunta a facilitar el debate y discusión multidisciplinarios sobre temas de migración, diseñar alternativas en materia de políticas y ayudar a los países remitentes y receptores a poner en marcha políticas experimentales.
El Banco también continúa dando pasos decididos en la creación de instrumentos de financiamiento para canalizar las remesas y la migración hacia los fines del desarrollo nacional. Los bonos de la diáspora pueden ser un instrumento poderoso a la hora de financiar proyectos públicos o privados concretos, así como para ayudar a mejorar el perfil de endeudamiento de los países destinatarios. El Banco también organizó un Grupo de Trabajo sobre Bonos de la Diáspora para proporcionar asistencia técnica a países interesados en implementar estos instrumentos con el fin de solventar proyectos de desarrollo.
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