El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) manifiesta su pesar y gran preocupación por el asesinato de Ismael Solorio Urrutia, dirigente de la organización social El Barzón, en el estado de Chihuahua, así como el de su esposa, Manuela Martha Solís Contreras, el pasado lunes 22 de octubre.
Ismael Solorio fue un líder social que se manifestó activamente en contra del establecimiento de la mina El Cascabel en el estado de Chihuahua y denunció los aprovechamientos y las perforaciones ilegales de pozos en la cuenca del río del Carmen.
A este respecto, cabe recordar que en el mes de marzo pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó su Segundo Informe sobre la Situación de las Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en las Américas, en el cual alerta respecto de que «los asesinatos y otras violaciones sufridas por las defensoras y defensores ambientales demuestran una tendencia regional en el contexto de la industria extractiva, la cual no se limita tan sólo a la minería, sino que se extiende también a otros ámbitos como el de explotación maderera de los bosques».
Para el caso de México, durante el período de 2006 a 2012, la CIDH indica que habrían sido asesinados cuando menos 12 personas, que incluyen tanto funcionarios públicos como personas civiles, defensoras del derecho al medio ambiente.
El CEMDA hace un atento llamado a las autoridades correspondientes para que se esclarezca el asesinato de Ismael Solorio y de su esposa, y se castigue a los responsables de acuerdo a la ley.
De igual forma, demanda al Estado mexicano atender con mayor responsabilidad y compromiso la problemática de persecución y violencia que enfrentan muchos defensores ambientales y de derechos humanos; poner en marcha acciones urgentes para garantizar su protección; y continuar con la implementación efectiva del mecanismo de protección a defensores y periodistas.
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