Para erradicar la violencia en contra de las mujeres en México es necesario generar una cultura de paz y respeto para todas las personas, independientemente de su sexo, origen étnico, condición social, posición ideológica, capacidades o preferencias sexuales, estableció Patricia Galeana, catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), así como presidenta fundadora de la Federación Mexicana de Universitarias (FEMU).
Con esta finalidad, deben impulsarse acciones orientadas a transformar una mentalidad discriminatoria que promueve la dominación de un sexo sobre otro, sustentada en concepciones filosóficas, jurídicas y religiosas que relegan a ese género a un plano secundario, bajo el mandato del hombre, explicó.
Debe establecerse un marco jurídico adecuado, acatado por la ciudadanía y las autoridades; instrumentar políticas públicas para eliminar la desigualdad y la discriminación, y fomentar la educación formal e informal para generar esta nueva cultura.
“Es un trabajo enorme, por la tradición de siglos de un sistema patriarcal que trata a la mujer como menor de edad”, puntualizó en el auditorio Alberto Guevara Rojas, de la Facultad de Medicina (FM) de esta casa de estudios.
La nación está retrasada en dos aspectos, en comparación con América Latina: respeto a los derechos humanos de comunidades indígenas, y a los de la población femenina. Fue de los últimos países de la región en reconocer la ciudadanía de ellas, con efectos negativos en el desarrollo nacional, ejemplificó la directora del Museo de la Mujer en México.
Asimismo, subrayó que mientras no se reconozca que la mexicana es una sociedad racista, sexista y clasista, no se podrá avanzar en la construcción de una nueva mentalidad, basada en la paz y el respeto a todas las personas.
Museos de la mujer
La académica de número de la Sociedad Mexicana de Geografía e Historia recordó que en las últimas décadas del siglo XX se registraron los primeros estudios de historiografía con perspectiva de género.
Los museos de las mujeres, explicó, surgieron a partir del feminismo, con el propósito de hacerlas visibles, de dar a conocer su historia olvidada y reconocer sus aportaciones, a partir de una lucha por la igualdad de garantías entre ambos sexos.
La galardonada con el Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural 2006, aseguró que esta doctrina social tuvo un gran impacto en el siglo pasado, que no ha sido reconocido. La terminología de los derechos humanos se debe a las feministas, ejemplificó.
En 1981 fue fundado, en Bonn, Alemania, el primer museo de la mujer con enfoque de género, por Marianne Pitzen. Actualmente, existen 50 recintos similares en el orbe, dos de ellos en América Latina, refirió.
El de México se ubica en la calle de Bolivia 17, en el Centro Histórico. Su objetivo es revisar la historia nacional, desde la época prehispánica hasta la actualidad, para hacer visible su quehacer, así como su contribución en la construcción de la nación.
Cuenta con ocho salas: Equidad, principio universal de armonía; La cosmovisión dual en el México prehispánico; El marianismo novohispano. Las mujeres en la casa; Independencia y libertad; La ciudadanía de las mujeres; Educación y reforma; De maestras a revolucionarias, y Del voto a la toma de protesta.
En su primer año, el foro cultural atendió a 12 mil personas. Se realizaron 80 actividades, entre las que destacaron las enmarcadas en la campaña internacional de 16 días contra la violencia. El proyecto forma parte de la red de museos de las mujeres en el mundo.
Es el primer recinto en su tipo en México y el segundo de América Latina, después de Argentina. Su creación fue impulsada por la FEMU, integrante de la Federación Internacional de Mujeres Universitarias (IFUM), órgano consultivo de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
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