Rechaza SCJN atraer amparo de Rafael Caro Quintero

Foto: SCJN

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó resolver el juicio contra el narcotraficante Rafael Caro Quintero, quien está acusado del secuestro y asesinato de Enrique Camarena Salazar, agente de la DEA (Drug Enforcement Administration) perpetrado en febrero de 1985.

Con cuatro votos contra uno, los ministros de la Primera Sala desecharon el proyecto del ministro José Ramón Cossío, que propuso atraer el amparo, interpuesto en contra de la resolución del Primer Tribunal Unitario en materia penal del Tercer Circuito, con sede en Jalisco, dictada el 27 de abril de 2011.

La mayoría de ministros consideró que la solicitud no reunía los requisitos de interés y trascendencia que establece el artículo 107 constitucional para que el máximo tribunal atrajera el asunto.

El único voto a favor fue el del ministro ponente, José Ramón Cossío, quien argumentó que la demanda contenía al menos dos elementos que justificaban su estudio por la Primera Sala.

«Yo voy a sostener el proyecto. Creo que hay dos temas de importancia. Uno es efectivamente el de reducción de pena que se ha solicitado y el otro es el que tiene que ver con el carácter de algunos agentes que actuaron en nuestro país y si tenían o no la calidad diplomática para constituir o no un delito federal«, expuso.

Rafael Caro Quintero, fundador del cártel de Guadalajara, se encuentra preso desde 1985 luego de ser detenido por los homicidios de Enrique Camarena Salazar y de su piloto, el mexicano Alfredo Zavala Avelar.

En la sentencia, también se le encontró culpable de haber privado ilegalmente de la libertad en 1984 a más de 4 mil personas para que trabajaran en sus sembradíos de droga, en el rancho El Búfalo, ubicado en el estado de Chihuahua.

También se le sentenció por la introducción clandestina de armas de fuego al país, vía aérea, a principios de 1985 y por el homicidio de los ciudadanos estadounidenses John Clay Walter y Alberto Felipe G. Radelat, asesinados el 30 de enero de 1985, e inhumados de forma clandestina en el bosque «LaPrimavera», en Guadalajara, Jalisco, supuestamente por órdenes suyas.