WUWM urge detener en México «poder monopólico» de Walmart

Foto: WUWM

La Unión Mundial de Mercados Mayoristas (WUWM) a través de su Director para América, Alfredo Neme Martínez, urgió al Congreso de la Unión de México hacer las modificaciones indispensables a la Ley General de Competencia para detener el poder monopólico y monopsónico de las grandes cadenas comerciales como ha quedado claro ante el reciente escándalo suscitado por Walmart ante actos de corrupción en nuestro país.

El directivo sostuvo que las modificaciones a la Ley General de Competencia que demanda el comercio al mayoreo y menudeo (incluidos proveedores) es que quede plasmada la prohibición de vender productos por abajo del costo pues esto representa competencia desleal y afecta al mercado interno así como al consumidor final.

Precisó que la denuncia pública del diario estadounidense The New York Times sobre violaciones a la Ley contra Prácticas Corruptas en el Extranjero de los Estados Unidos por parte de Walmart México al mostrar pruebas con documentos de presuntos pagos por más de 24 millones de dólares, no es nuevo para el sector comercio al mayoreo y menudeo de nuestro país ya que desde hace varios años se vienen denunciando este tipo de irregularidades para concretar la expansión y control de la empresa norteamericana en territorio nacional.

Indicó que ante esta realidad, se pone de manifiesto que las estrategias de competencia que rigen en este sector giran alrededor del doble poder de la más grande cadena comercial que opera en México la cual tiene un poder monopólico en el mercado de productos, y un acentuado poder monopsónico en el mercado atendido por sus proveedores.

Aseguró que a diferencia de Alemania y Corea del Sur que le impidieron la permanencia a Wal-Mart en dichos países por su poder monopsónico en el mercado atendido por sus proveedores mientras que en México sigue funcionando aun cuando esta cadena comercial abusa de sus proveedores y consumidores toda vez que del 100 por ciento de lo que factura, el 60 por ciento o más se los traslada a los proveedores al descontarles de sus pagos gastos de publicidad, de ofertas y de apertura de nuevas tiendas y en caso de no aceptar esta dinámica “procede a bloquear el pago de adeudos rezagados y finalmente la proveeduría”.

Por ello, Alfredo Neme Martínez, Director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas aseguró que para los comercios tradicionales, la competencia que representan las prácticas desleales que ejercen las grandes cadenas comerciales constituyen, desde cualquier óptica que se vea, acciones que no encuentran justificación en mercados competitivos ni una Ley de Competencia de México que sea efectiva.

Sostuvo que para facilitar la competencia en este importante mercado de la economía nacional, es urgente llevar a cabo una profunda revisión de la Ley General de Competencia, en el capítulo referente a la regulación y, en todo caso, prohibir las prácticas desleales y antieconómicas ya que éstas imponen condiciones muy poco favorables a empresas comerciales minoristas que no poseen el enorme poder de compra que registran las grandes cadenas comerciales que operan en México.

Es inadmisible, dijo, que naciones como Alemania y Corea del Sur sí protejan a sus pequeñas y medianas empresas así como a sus consumidores a través de una legislación clara de competencia para evitar que se oferten productos por abajo del costo y en nuestro país no suceda así.

Para la Unión Mundial de Mercados Mayoristas en su capítulo América este tema es primordial pues se hace urgente estar a la vanguardia legislativa a nivel mundial ya que además de los países antes citados, Japón y Bélgica cuentan con leyes similares que evitan la competencia desleal y 44 naciones más tienen regulaciones parecidas, entonces México no puede estar ajeno a estas reglamentaciones.

Alfredo Neme Martínez, Director para América de la WUWM (por sus siglas en inglés), insistió en su llamado a los Diputados Federales y Senadores de la República para hacer las modificaciones  a la Ley General de Competencia para que haya verdadera competencia y se evite la venta de productos a precios arbitrarios que sólo desplazan al competidor pues existe una deuda con la sociedad en la materia.