¡Aguanta, Rosario! El hambre no se acaba

Foto: Trascavo Político

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=Por Jesús González Schmal=

Sólo en el 2012 con Monex y Soriana, se vio tan evidente como ahora, el uso electoral de los apoyos de los programas federales contra la pobreza, que se probó con la conversación video-grabada de los funcionarios del Estado de Veracruz, con el Delegado y resto del personal de la Secretaría de Desarrollo Social. La grabación reveló cínicamente el uso del presupuesto de Sedesol para comprar o canjear el voto a favor del PRI, contra la entrega de los beneficios destinados a paliar la miseria de las mayorías que viven en condiciones de alta marginación.

El caso cimbró a la Nación y los partidos PAN y PRD consideraron un agravio el que Peña Nieto se hubiera tomado la libertad de hacer público su incondicional apoyo a Rosario Robles en Zinacantán Chiapas, para que “aguantara las críticas y descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política y las elecciones, a nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre”.  Amenazaron con abandonar el Pacto sino se removía a la secretaria de Desarrollo Social y sus secuaces.

El acontecimiento parecía tener una importancia crucial para cambiar el curso de una ominosa práctica reiterada. Se armaron continuos enfrentamientos entre los dirigentes de los partidos del Pacto. Finalmente, todos felizmente coincidieron en que bastaba que Peña aceptara su responsabilidad y se emitiera un adendo al documento de los puntos de acuerdo, para agregar que era reprobable lo que había ocurrido y que se hacían promesas por parte del gobierno, para no incurrir en esas deleznables prácticas electorales.

Ni Rosario Robles, ni Javier Duarte, ni Rubén Moreira, ni ningún otro traficante de votos fue tocado. Las cosas marcharon más o menos, aunque no sin pocos desplantes de Gustavo Madero que acusaba a Peña Nieto de incumplimiento y amenazaba con volver a pensar el apoyar o no, el Pacto. Al final de cuentas, las elecciones se celebraron sin mayores contratiempos y se continuará con mayor rapidez para que las reformas se les impongan al Poder Legislativo por mayoría domesticada.

Resulta que de todo este espectáculo el único perdedor será, como de costumbre, el pueblo. ¿Quién de veras?, con un mínimo de inteligencia puede dudar que las mentadas elecciones no fueron sino una más de las concertacesiones que desde Salinas en Baja California, se han venido realizando. Después de dimes y diretes, nadie va a impugnar una sola elección de importancia. Las prácticas fraudulentas demandadas por Madero y Zambrano de pronto se esfumaron, ya no hay encono y… “cada perro con su hueso a otro lado”.

¡Rosario aguantó! y aguantó, ya está otra vez a la vista. Ya paso el susto y, el país, a la deriva, es presa fácil de manipulación informativa, ahora generosamente retribuida a los medios.

El INEGI le garantiza el futuro. Los pobres más pobres se seguirán multiplicando.No hay remedio, el neoliberalismo los necesita políticamente porque sin ellos, la democracia sería real y la riqueza mejor distribuida.

Nadie repara frente a este cuadro, en la causa u origen de ésta decadencia y degradación gubernativa. El Presidente ya no puede con el paquete, anuncia y anuncia que ya vienen nuevas inversiones, que China tiene interés en México, que ya va haber financiamiento para las Pymes e infinidad de ofertas más. Pero, la verdad no se conmueve, los índices de desplome económico, del empleo, de la anemia del mercado, de la inflación, de la inseguridad, de la violencia, de los desfalcos, de la corrupción sindical y de toda la administración pública; las desapariciones, los secuestros, las ejecuciones, y la desesperación de comunidades en Guerrero y Michoacán organizando sus propias policías, etc., etc., son el diario amanecer en toda la República.

Pese a todo, la desfachatez y el cinismo sigue siendo la tónica. Pocos son los que se atreven a reconocer que precisamente, por ser un poder de dudoso origen de legitimidad, ésta deformación congénita se reproduce hasta atrapar las decisiones del gobierno que no tienen por objeto beneficiar a la Nación, sino ocultar los hechos. Se trata de blindar la permanencia de un grupo para no ser vulnerable en el futuro, incluyendo la dosificada complicidad con partidos antagónicos a cambio del reconocimiento dosificado de triunfos electorales. El cálculo es que con la venta de Pemex y las concesiones telefónicas y televisivas, se pueden obtener recursos para mantener las apariencias. El tiempo y el pueblo decidirán si esto es posible.

Efectivamente Rosario aguantó. Hoy alterna con Videgaray para convencernos del perogrullo que la pobreza se abate con el empleo y que el empleo es consecuencia del desarrollo económico. De consenso ocultan que son los menos aptos para lograrlo pero que, con la cruzada contra el hambre, aguantarán todo el sexenio para tener materia de nuevas ofertas para las próximas elecciones, que empezarán con el consabido: “ya no habrá compra de votos con la miseria de los electores”.

PAN y PRD se aprestan a aprobar la reforma energética y de aumento de impuestos que hará más hambrientos y, con ello, la mayor estabilidad para un régimen de simulación democrática que siempre se recicla con los mismos protagonistas usufructuarios.