=Por Jesús González Schmal=
En el auditorio de la Universidad Obrera de México, nos encontramos alrededor de doscientos amigos que fuimos convocados para compartir una nueva presentación del libro de Paco Huerta: “Mordaza a la Opinión Pública”.
A ocho años de su fallecimiento, éste 14 de mayo, recordamos su obra y compromiso con lo que él llamó “Periodismo Civil”. Este no era otro que el de la apertura del micrófono a la ciudadanía para que se manifestara y generará una interlocución con las autoridades administrativas, responsables de atender sus demandas y con sus representantes populares en el Congreso, obligados a hacer valer los intereses del ciudadano ante cualquier desvío de órgano del gobierno que no cumpla con su deber. El programa inicialmente se llamó “Opinión Pública” en radio ABC, en donde alcanzó raitings de más de un millón de radioescuchas, lo que generó gran preocupación política de la autoridad federal y local, que lo mando cerrar.
Después de manifestaciones y marchas de sus seguidores hasta en los Pinos, se reabrió en horario nocturno en la XEW y al volver a alcanzar la mayor audiencia, ahora con la denominación de “Voz Pública,” también se ordenó suspenderlo al cabo de algún tiempo. Para ello usaron al líder del Sindicato de Locutores Nezahualcoyotl de la Vega, para que le aplicara la cláusula de exclusión, y así prohibir que fuera contratado en cualquier estación radiofónica concesionada.
Se reanudaron las protestas contra López Portillo porque se sabía, que a través de su encargado de comunicación social, se materializaban las amenazas contra las estaciones que se saltaran las trancas. Finalmente se logró que en Radio Educación se dispusiera de un espacio, para el programa de Paco Huerta, aunque por los horarios, la respuesta popular del auditorio fue lenta.
Con el cambio de gobierno se pensó que se acabarían las persecuciones y en efecto, a finales del sexenio de Zedillo reinicio transmisiones en Radio Formula. Mientras Fox todavía tenía capital político, el programa se mantuvo pero, cuando se agudizó la decadencia y se conocieron los casos de los Bribiesca y Martha Sahagún, hartaron al pueblo y recurrieron a medidas de limitación en el derecho a la información que inmediatamente afectó a Paco Huerta. Así se restableció la persecución. Las órdenes de los Pinos llegaron al concesionario Rogerio Azcarraga.
Optaron en Radio Formula por atrasarle los pagos, creándole serios problemas con los salarios del personal que trabajaba en su equipo. Posteriormente le quitaron varias líneas telefónicas o se las restringían.
Cada día llegaban nuevas instrucciones de la Dirección con indicaciones a quien o quienes, no se podía invitar al programa y que temas debían eludirse. La idea era irlo debilitando frente a un auditorio que lo seguía por la confianza en la independencia y convicción profunda como comunicador.
Simultáneamente con la represión a Paco Huerta, que finalmente sucumbió por un infarto masivo después de unas semanas de haberle vuelto a cancelar Radio Formula el espacio. La impotencia e indefensión jurídica y la tensión personal frente a los hechos lo vencieron y, al fin consiguieron lo que querían, Paco Huerta ya muerto no insistiría con la libertad de expresión, ni con la democratización de la información. Las comisiones de radio escuchas que se habían organizado para la defensa de los derechos humanos de los más débiles y que operaban en torno al programa, también se fueron extinguiendo.
Otros de los esfuerzos humanitarios que se perdieron por la inquina contra Paco Huerta fue el de su serie “Inocente o Culpable”. En ésta se introducía a las cárceles con el micrófono para conocer la version de los procesados en relación con sus casos. El efecto fue asombroso porque se descubrieron no pocos juicios aberrantes, que ponían en entredicho la administración de justicia en México. Para lograr callarlo también le restringieron recursos para hacer el programa y le cerraron puertas de los reclusorios. Con ello se frustró también su lucha por dar voz a los procesados y a las autoridades ministeriales y judiciales, para tratar de incidir en una mejor impartición de justicia.
Todos los asistentes al acto en la Universidad Obrera, repasabamos en la memoria la historia de éste personaje y su entrega en la conquista del sagrado derecho humano a la información y de las persecuciones hasta su muerte de las que fue víctima. Cuando se habló de que éste año se conmemoraba el centenario luctuoso de Belisario Domínguez, Apóstol de la verdad y de la libertad de expresión, de inmediato surgió la decisión colectiva de pedir al Senado de la República que éste año se le otorgue la medalla respectiva al periodista Francisco “Paco” Huerta.
Con tal motivo el lunes 12 de agosto, en el recinto Belisario Dominguez de la Antigua Cámara de Senadores, se llevó a cabo una ceremonia de homenaje al senador mártir que fue mandado asesinar por Victoriano Huerta el 7 de octubre de 1913. En voz de los maestros Raúl Carranca y Rivas, Bernardo Batiz Vázquez y Lauro Sol Olea, se conmemoró el ominoso suceso y se postuló para recibir la presea este año a Paco Huerta por su indudable merecimiento al proseguir la obra y el ejemplo del ilustre parlamentario chiapaneco.
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