Ricardo Carrillo/Agencia Reforma
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se sumó esta semana a la solicitud de los principales acreedores de Mexicana de Aviación para que se designe un interventor que supervise el concurso mercantil de esa empresa, según registros judiciales.
La Profeco representa a por lo menos 9 mil 333 clientes de Mexicana reconocidos como acreedores en el concurso mercantil, a los que se debe alrededor de 105 millones de pesos por boletos que no fueron usados.
La petición original para el nombramiento de un interventor fue presentada a finales de marzo pasado por Banorte, Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que son dueños de la tercera parte de la deuda de Mexicana.
Sin embargo, han pasado cuatro meses sin que el juez Felipe Consuelo Soto resuelva sobre el tema, luego de que sindicatos de Mexicana se opusieron a la designación del despacho White & Case como interventor, argumentando que algunos de los abogados de éste tenía vínculos pasados con Aeroméxico.
Consuelo citó desde el 9 de mayo a las partes para dictar sentencia en el incidente de recusación planteado por los sindicatos, pero dicho fallo sigue pendiente, por lo que el conciliador-administrador de Mexicana, José Gerardo Badín, está por cumplir dos años de trabajar sin supervisión externa.
La Ley de Concursos Mercantiles señala que basta la petición de los dueños de al menos 10 por ciento de los pasivos para que de designe al interventor, y no contempla la recusación o el conflicto de intereses que plantearon los sindicatos, ya que dicho interventor sólo tiene funciones de vigilancia pero no toma decisiones.
Según la ley, el interventor puede solicitar al conciliador toda la información sobre el manejo de los activos de la empresa en concurso que a su juicio puedan afectar los intereses de los acreedores.
En abril pasado, un tribunal colegiado de circuito determinó que el grupo representado por la Profeco tiene preferencia para cobrar su deuda por encima de todos los demás acreedores, salvo los trabajadores de la aerolínea.
La etapa de conciliación del concurso mercantil de Mexicana inició el 28 de septiembre de 2010, sin que a la fecha exista un convenio de reestructura con acreedores, pues ningún inversionista ha demostrado contar con la bolsa inicial requerida de alrededor de 250 millones de dólares.
Según la ley, la etapa de conciliación debió terminar en septiembre de 2011 para dar lugar a la quiebra de la empresa, pero el juez Consuelo ha decidido mantenerla abierta por tiempo indefinido.
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