Migración ilegal y criminalidad.- Carla Monroy*

Foto: Diario Jurídico México.

El tema de la migración ilegal no ha sido tratado con la importancia debida por parte de la Criminología a pesar de que la historia mexicana traza una larga tradición migrante, fenómeno multicausal el cual desplaza a miles de paisanos hacía Estados Unidos. Debido a que la migración (ilegal) es un elemento que permea esta sociedad, diversas ciencias e instituciones se han dado a la tarea de estudiar y analizarla; empero la Criminología mexicana se ha mantenido distante de llevar a cabo investigaciones muy pertinentes que enriquezcan las propuestas y críticas en torno a ella.

Si bien los movimientos migratorios no tienen una relación en sí con la Criminología, la migración ilegal si mantiene un vínculo que nutre a esta ciencia. En otras palabras, al adjetivar a la migración como ilegal se da un sobreentendido de que existen los elementos que revisten a un acto ilegal, como lo son criminal, criminalidad y crimen.  Sin embargo también habría que cuestionarse el por qué de la denominación “ilegal”, quién la ejecuta y las consecuencias de este nombramiento.

En torno a la migración ilegal que se hace desde México hacia los Estados Unidos hay mucha desinformación y muchos mitos que la descontextualizan. Por ejemplo, se considera que los migrantes latinos tienen un alto índice de criminalidad, conclusión basada en percepciones (por ejemplo, lo que los noticiaros pasan), sin embargo el criminólogo estadounidense Robert Sampson ha refutado estas creencias, afirmando no sólo que la tasa de criminalidad no es tan alta como dicen, sino que los barrios de migrantes latinos son mucho más seguros y con un índice de criminalidad mucho más baja que aquellos barrios de personas caucásicas o negras. La única distinción a la que hace referencia es que la baja criminalidad pertenece a los migrantes que recién se van instalando en la ciudad, es decir a los de primera generación, ya que es a partir de la segunda generación, en donde ya hay una asimilación e integración cultural, en donde la criminalidad entre migrantes se dispara.

Otro punto de análisis en donde considero que la Criminología debiera estar trabajando ya,  es en lo que se refiere a la delincuencia organizada y su afectación a este fenómeno. Los migrantes representan un grupo en extrema vulnerabilidad, su indefensión va en relación a que el Estado mexicano no ha sido garante de sus derechos y durante su difícil recorrido, desde que salen de sus casas hasta que llegan a su destino final (en el caso de que lo logren) van siendo víctimas de personas e instituciones por igual. Son asaltados, extorsionados, secuestrados, torturados, violentados física y sexualmente por grupos criminales y más lamentable aún que estos actúan en complicidad o bajo el amparo de las instituciones encargadas de velar por la seguridad y protección de los ciudadanos. Las policías municipales, las federales, los militares, el Instituto Nacional de Migración  y un largo etcétera permiten y básicamente promueven la victimización de los migrantes, quienes dejan su hogar buscando mitigar las terribles consecuencias de políticas clasistas que van acrecentando la desigualdad e injusticia social.

La presencia de la delincuencia organizada ha provocado que las rutas de migrantes y sus destinos se modifiquen sustancialmente, esto origina que muchos de ellos empiecen a establecerse donde anteriormente no lo hacían. Lo sensible de esta situación es que ¿realmente se están preparando las ciudades para responder a los retos que significa ser receptora de migrantes? Tristemente lo dudo. Son estrategias a corto, mediano y largo plazo que deben ser implementadas para sobrellevar una situación que se está presentando y que si no se actúa inteligentemente en un futuro próximo se convertirán en factores criminógenos que desencadenarán una criminalidad que pudo haber sido prevenida, y lo más atroz, sin ser adivina auguro,  que la percepción pública observará a los migrantes como los causantes de este mal, a pesar de que ellos son víctimas de una concatenación de fracasos políticos, económicos y sociales.

 

*Carla Monroy es presidenta de la Sociedad Mexicana de Criminología, Capítulo Nuevo León, organizadora del Congreso Internacional de Criminología, a celebrarse en la ciudad de México el 18 y 19 de octubre.